"Vivir por la Palabra: Camino a la Eternidad"

Estando ya al cierre de este devocional, podemos afirmar con certeza que toda la Palabra de Dios tiene un propósito central: revelarnos quién es Él, mostrarnos su amor inagotable, su fidelidad constante y enseñarnos la manera correcta de vivir. No se trata simplemente de normas religiosas ni de una serie de rituales, sino de una invitación a vivir conforme al diseño divino, que conduce a plenitud aquí en la tierra y a vida eterna junto a Él.

La vida verdadera no se basa en nuestros propios ideales, emociones fluctuantes o convicciones personales. Tampoco en las corrientes cambiantes del mundo. La única forma de vivir que garantiza una eternidad segura es hacer la voluntad de Dios. Esta verdad, repetida y reafirmada a lo largo de este devocional, no solo asegura nuestro destino eterno, sino que transforma también nuestra vida presente, dándonos propósito, dirección y paz.

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 RVR1960).

Vivir para Cristo es lo que muchos han llamado “ser esclavos por amor”, y aunque el término pueda parecer duro, se trata de la más hermosa forma de libertad. Someterse a la voluntad del Padre no es sinónimo de opresión, sino de una experiencia diaria de amor, gracia, perdón, bondad y misericordia.

“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Corintios 5:14-15 RVR1960).

No quiero concluir sin sembrar en tu corazón un anhelo profundo por escudriñar las Escrituras cada día. En ellas encontrarás dirección en la incertidumbre, paz en la tormenta, consuelo en el dolor, gozo en medio de la tristeza, y sobre todo, el rostro y el carácter de un Dios que desea ser conocido.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmos 119:105 RVR1960).

Busca la Palabra como tu referente para entender la voluntad de Dios, y para que sepas qué pasos dar, qué decisiones tomar y qué caminos evitar. El objetivo no es solo vivir una vida buena, sino una vida que agrade a Dios y que nos acerque cada día más a la meta gloriosa de la vida eterna.

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:39 RVR1960).

Recuerda: la mayor fuente de inspiración, sabiduría y revelación es la Palabra viva, hablada por el Espíritu Santo. Cada línea puede tocar tu alma y mostrarte el propósito eterno que Dios diseñó especialmente para ti.

Reflexiona:

1. ¿Estoy viviendo de acuerdo a mis ideas o estoy alineando mi vida con la voluntad de Dios revelada en su Palabra?
2. ¿Con qué frecuencia busco dirección en las Escrituras antes de tomar decisiones importantes?
3. ¿Estoy cultivando un amor genuino por la Palabra o solo la leo por costumbre?

Oración:

Señor amado, gracias por tu Palabra viva y poderosa, que me instruye, corrige, consuela y guía. Hoy decido acercarme a ella con hambre y humildad, para conocerte más, vivir conforme a tu voluntad y prepararme para la eternidad contigo. Transforma mi corazón y mi mente para que mi vida refleje tu luz. Amén.