"Hacedores de la Palabra: Confrontados por la Verdad"

Para ser verdaderos hacedores de la Palabra, no basta con oírla o leerla superficialmente; es necesario tener la convicción firme de que la Biblia es la verdad absoluta y que cada una de sus páginas ha sido inspirada por Dios. No es un libro más, ni una simple recopilación de enseñanzas antiguas: es la voz viva de Dios hablándonos directamente.

Es precisamente por medio de esa misma Palabra que el Espíritu Santo nos confronta, revelándonos si nuestras vidas están alineadas a la voluntad de Dios o si, por el contrario, hemos estado siendo guiados por principios humanos, emociones o tradiciones. En muchos casos, la Palabra no solo corrige, sino que también confirma cuando estamos caminando en obediencia y verdad.

Yo podría darte mil consejos, criticar tus decisiones o compartir mis opiniones sobre cómo vives tu vida. Pero si esas palabras no están sustentadas por la dirección del Espíritu Santo y no se alinean con las Escrituras, difícilmente producirán un cambio genuino en tu corazón. Lo único que tiene el poder de transformar verdaderamente al ser humano es la Palabra de Dios, porque ella penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu (Hebreos 4:12).

La Biblia no fue escrita para condenar, sino para redimir. Fue inspirada con la sabiduría divina para revelarnos nuestro verdadero estado, para abrir nuestros ojos a aquellas cosas que creemos correctas pero que a la luz de la Palabra no lo son. Ella nos muestra el camino del arrepentimiento y nos lleva de regreso al propósito de Dios para nuestras vidas.

Permite que la Palabra entre a lo más íntimo de tu ser. Deja que te limpie, que exponga lo oculto, que arranque lo que te estorba y que plante en ti todo lo que te da vida… y vida en abundancia (Juan 10:10).

"Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:17 RVR1960), y esa salvación es accesible por medio de la verdad que encontramos en Su Palabra.

La biblia dice:

• “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos" (Santiago 1:22 RVR1960).
• “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Timoteo 3:16 RVR1960).
• “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos (…)” (Hebreos 4:12 RVR1960).

Reflexiona:

1. ¿Estoy permitiendo que la Palabra de Dios me confronte y transforme, o solo la escucho sin aplicarla?
2. ¿Qué aspectos de mi vida aún están siendo dirigidos por mis emociones, ideas o cultura, en lugar de por la voluntad de Dios?
3. ¿En qué momentos he sentido que la Palabra me ha corregido y me ha llevado a un arrepentimiento genuino?

Oración:

Señor, abre mis oídos y mi corazón para recibir Tu Palabra con humildad. Confróntame, corrígeme, y guíame por el camino correcto. Ayúdame a ser un hacedor fiel y no solo un oidor superficial. Que Tu Palabra me transforme cada día más a la imagen de Cristo. Amén.