"Restaurados por Gracia"

Cuando el mundo te ha golpeado, te han traicionado, has sufrido alguna pérdida dolorosa o has sido tú quien ha fallado, queda una sensación de soledad, vacío e impotencia que puede hacerte sentir que no hay esperanza. Puede parecer que del lugar donde caíste, nadie puede levantarte, que tu historia está sellada con un final triste y desolador.

Si todo dependiera del hombre, probablemente así sería. No habría esperanza de restauración para una vida que ha caído en el crimen, la mentira, la traición o el engaño; para una vida que, a ojos humanos, ha tocado fondo. Pero hay buenas noticias: ¡sí hay oportunidad para ti! Si te identificas con esto, quiero que sepas que Dios no ha terminado contigo.

No importa la falta —sea grave o aparentemente insignificante— si hay culpa en tu corazón, la Palabra de Dios te ofrece una puerta abierta hacia la restauración. En ella encontramos no solo consuelo, sino dirección. Dios no espera que te levantes solo; Él mismo ha trazado el camino para que regreses a Su presencia.

La Biblia afirma:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23 RVR1960).

Pero también declara con esperanza:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16 RVR1960).

Desde el principio, Dios diseñó un plan perfecto de redención. No fue improvisado ni limitado a unos pocos: es para ti, hoy. No importa qué tan lejos pienses que has llegado, si te vuelves a Él con un corazón arrepentido, serás restaurado.

“El Señor no retarda su promesa… sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9 RVR1960).

Él quiere sanarte, restaurarte, y devolverte tu verdadera identidad: hijo de Dios.

Porque cuando Él te limpia, te vuelve a moldear conforme a Su propósito eterno.

Reflexiona:

1. ¿Hay alguna área de tu vida donde sientes que ya no hay esperanza?
2. ¿Has intentado restaurarte por tus propias fuerzas en lugar de acudir a Dios?
3. ¿Qué pasos puedes dar hoy para acercarte al plan de restauración que Dios diseñó para ti?

Oración:

Padre celestial, gracias por tu misericordia inmerecida. Reconozco que he fallado, que me he alejado, y que muchas veces he creído que ya no había más para mí. Hoy me acerco a Ti, sabiendo que me amas, que no me rechazas y que estás dispuesto a restaurarme. Perdona mis pecados, límpiame y hazme de nuevo conforme a Tu voluntad. Dame fuerzas para caminar en obediencia y fe, sabiendo que en Ti hay esperanza, propósito y vida eterna. Amén.