Todo Es en Él: 30 Días Redescubriendo Su Centralidad, Universalidad Y SupremacíaMuestra

Día 30 – Cristo, todo en todos

Hemos recorrido 30 días contemplando la centralidad, la universalidad y la supremacía de Cristo. Y todo converge en esta declaración final: Dios será todo en todos.

El plan eterno del Padre es que Cristo lo llene todo, que su señorío abarque cada rincón del universo y que nada quede fuera de su gloria. Colosenses 3:11 lo expresa con fuerza: “Cristo es el todo, y en todos.” Ese es el destino al que nos dirigimos: un mundo totalmente habitado y gobernado por Cristo.

Esto no es solo un futuro lejano; es una realidad que comienza ahora. Cada vez que rendimos una parte de nuestra vida al Señorío de Cristo, estamos anticipando ese día. Cada acto de obediencia, cada servicio en amor, cada confesión de fe, cada victoria sobre el egoísmo es un anticipo del Reino en el que Cristo será todo en todos.

El final de la Biblia confirma esta visión: en la nueva creación, no habrá templo, porque “el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero” (Ap 21:22). No habrá necesidad de sol ni de luna, porque la gloria de Dios la iluminará y el Cordero será su lumbrera (Ap 21:23). Toda la realidad estará llena de Cristo.

Este es el cierre y la coronación de nuestra fe: la vida cristiana no es una búsqueda de autorrealización, sino una rendición a la plenitud de Cristo. No se trata de que Él entre en nuestra historia, sino de que nosotros entremos en la suya. Y su historia termina en victoria: Cristo todo en todos.

Oración

Señor Jesús, fin de todas las cosas, gracias porque tu propósito es llenarlo todo con tu gloria. Hoy me rindo a tu supremacía y declaro que quiero vivir como anticipo de ese día en que vos serás todo en todos. Amén.

Acción del día

Hoy hacé un cierre práctico: escribí un resumen de lo que el Espíritu Santo te habló en estos 30 días. Luego, compartilo con alguien (un amigo, un grupo de oración, tu congregación) como testimonio de lo que significa vivir en la centralidad, universalidad y supremacía de Cristo.

Conclusión del Plan

Hemos llegado al final de este plan, pero no al final del propósito eterno de Dios. Durante 30 días recorrimos la cruz que nos llama a negarnos, vimos a Cristo brillando en medio de las culturas y naciones, y contemplamos su exaltación como Señor de señores y Rey de reyes.

La meta de Dios no es parcial: es que Cristo sea todo en todos. Ese es el destino de la historia, el sentido de la Iglesia y la plenitud de nuestras vidas. Vivir bajo esta verdad nos libera del egoísmo, nos envía a las naciones y nos asegura que todo está bajo su gobierno.

Este plan utilizó más de 120 pasajes bíblicos para mostrar, desde Génesis hasta Apocalipsis, la centralidad, universalidad y supremacía de Cristo. Cada cita nos recordó que todo es de Él, por Él y para Él.

El desafío ahora es no cerrar este plan como un libro terminado, sino abrir la vida para que Cristo continúe llenándolo todo en vos. Que cada decisión, cada relación y cada día sea una declaración viva de que Jesús es el centro, la luz y la corona de todo lo que somos.