Todo Es en Él: 30 Días Redescubriendo Su Centralidad, Universalidad Y SupremacíaMuestra

Día 27 – Cristo, plenitud que llena todo

Pablo nos revela un misterio glorioso: Cristo es Aquel que todo lo llena en todo. No hay lugar, esfera o dimensión de la existencia que esté fuera de su plenitud. Donde el pecado dejó vacío, Cristo trae plenitud; donde el hombre construye ídolos, Cristo revela la realidad del Dios verdadero.

Efesios 4:10 afirma que el que descendió también subió “por encima de todos los cielos para llenarlo todo”. Esto significa que la obra de Cristo no fue parcial, sino total: descendió para redimir y ascendió para reinar, de manera que nada quedara fuera de su señorío.

Su plenitud es tal que de Él “tomamos todos, gracia sobre gracia” (Jn 1:16). Él no reparte migajas de su gloria; comunica la plenitud misma de Dios a los que están en Él. Por eso, Colosenses 1:19 declara que “agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud”.

Lo que Habacuc profetizó apunta a esta realidad: “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Hab 2:14). Ese cumplimiento está asegurado en Cristo, cuya vida y gloria llenarán finalmente toda la creación.

La Iglesia, como su cuerpo, participa de esa plenitud. No somos un apéndice débil, sino la expresión viva de Aquel que llena todo. Cuando permanecemos en Cristo, reflejamos su plenitud en la familia, en el trabajo, en la misión. Su vida en nosotros transforma cada ámbito, porque su plenitud no conoce fronteras.

Oración

Señor Jesús, plenitud que llena todo, llená cada área de mi vida con tu presencia. Que no quede rincón vacío ni espacio gobernado por otra cosa que no seas vos. Hazme portador de tu plenitud en cada lugar donde me envíes. Amén.

Acción del día

Hoy pensá en un área de tu vida donde sentís vacío (trabajo, relaciones, emociones). Entregásela a Cristo y repetí:
“Tu plenitud llena este lugar.”