Todo Es en Él: 30 Días Redescubriendo Su Centralidad, Universalidad Y SupremacíaMuestra

Día 26 – Cristo, vencedor de todo poder

La cruz, que para el mundo parecía una derrota, fue en realidad la victoria suprema de Cristo. Allí, desarmó el poder de Satanás, despojó a los principados y potestades, y los exhibió públicamente como enemigos vencidos.

La supremacía de Cristo no se limita al cielo o a la historia futura: ya en la cruz se estableció la derrota de toda fuerza espiritual de maldad. Hebreos 2:14–15 lo afirma: Jesús participó de carne y sangre para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

Esto significa que la obra de Cristo no solo nos perdona, sino que nos libra del poder del enemigo. Todo intento del maligno de acusar, esclavizar o intimidar queda sin autoridad frente a la victoria del Hijo. El reino de las tinieblas ya está en retroceso, porque la luz venció en la cruz.

Por eso Apocalipsis 12 declara que los creyentes vencen “por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio.” La victoria de Cristo se hace efectiva en nuestra vida cuando nos apropiamos de su obra y vivimos bajo su señorío.

El triunfo de Cristo en la cruz también es una llamada a vivir sin miedo. No negamos la realidad de la lucha espiritual, pero no peleamos para obtener victoria, sino desde la victoria de Cristo. El enemigo ya fue despojado; nuestra tarea es permanecer firmes en el triunfo del Cordero.

Oración

Señor Jesús, vencedor de todo poder, gracias porque en la cruz desarmaste al enemigo y me diste libertad. Ayúdame a vivir en tu victoria, sin temor y con confianza en tu supremacía. Amén.

Acción del día

Hoy declaralo en voz alta:
“Cristo ya venció. No temo al enemigo.”
Cada vez que sientas opresión o temor, recordá que la cruz es la evidencia de que toda potestad fue derrotada.