Todo Es en Él: 30 Días Redescubriendo Su Centralidad, Universalidad Y SupremacíaMuestra

Día 25 – Cristo, heredero de todas las cosas

El autor de Hebreos nos revela una verdad impactante: el Padre constituyó a su Hijo como heredero de todas las cosas. Esto significa que el destino final del universo no está en manos del azar, ni del hombre, ni de los poderes espirituales; está en Cristo, a quien el Padre entregó todo lo creado.

El salmo 2 ya lo había anticipado: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.” Todo lo visible e invisible, todo lo material y espiritual, todo lo temporal y eterno pertenece a Cristo por derecho de herencia.

Colosenses 1:16 nos recuerda que todas las cosas fueron creadas por Él y para Él. Lo que Él creó como Hijo eterno, lo recibe como Hijo encarnado y glorificado. En Él convergen el origen y el destino de todas las cosas.

Y aquí está el misterio de gracia: si Cristo es heredero de todas las cosas, nosotros somos coherederos con Él (Ro 8:17). La herencia del Hijo se comparte con los hijos adoptados por el Padre en Cristo. No se trata de una herencia de riquezas materiales, sino de la plenitud de la vida, la gloria y el Reino eterno.

La supremacía de Cristo como heredero nos invita a vivir con perspectiva eterna. Nada de lo que poseemos aquí es definitivo; todo apunta hacia la herencia que nos aguarda en Él. Y nos recuerda que nuestra identidad no se define por lo que heredamos de nuestros padres terrenales, sino por lo que recibimos en el Hijo amado.

Oración

Padre, gracias porque entregaste todas las cosas a tu Hijo, y en Él me hiciste partícipe de esa herencia. Ayúdame a vivir con los ojos puestos en lo eterno, valorando mi herencia en Cristo más que cualquier riqueza terrenal. Amén.

Acción del día

Hoy escribí en una hoja:
“Soy coheredero con Cristo.”
Guardala en tu Biblia o en tu billetera, y cada vez que la leas, recordá que tu verdadera herencia no se mide en bienes materiales, sino en la gloria de Cristo compartida contigo.