¿Quién Es Este Hombre?Muestra

¿Quién es este hombre, que al paralítico levantó y al ciego vista dio?
En (Mateo 9:1-8), unos amigos llevan a Jesús un paralítico postrado en una camilla. Rompen el techo y lo bajan. Jesús ve su fe, perdona primero sus pecados y luego lo sana.
En (Juan 9:1-41), Jesús encuentra a un ciego de nacimiento. Escupe en tierra, hace barro, unge sus ojos y le dice que se lave. El hombre ve por primera vez en su vida. El milagro desata un intenso debate entre religiosos incrédulos y la firme confesión del ex ciego: Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Jesús no ve sólo cuerpos. Ve almas, historias, vacíos profundos. El paralítico necesitaba caminar, sí… pero aún más necesitaba liberación interna. El ciego no solo recobró la vista física, sino que reconoció al Hijo del Hombre como su Salvador. Ambos milagros revelan un patrón divino: antes de sanar por fuera, Jesús toca por dentro. Su sanidad no es un truco, es una señal de que el Reino ha llegado. Podemos estar de pie, pero paralizados en nuestra mente, emociones o fe. Podemos tener vista, pero vivir sin dirección ni luz. Hoy Jesús extiende su mano para levantarte y abrir tus ojos.
Estos dos milagros —la sanidad del paralítico y la del ciego de nacimiento— revelan dos dimensiones esenciales del carácter de Jesús: su poder para restaurar lo que está roto y su compasión para ver lo que nadie más ve.
Ambos hombres vivían limitados por su condición:
- Uno, paralizado en una camilla, dependía de otros para moverse, quizá también para soñar.
- El otro, ciego desde su nacimiento, había vivido en oscuridad total, sin saber lo que era ver la luz.
Pero Jesús no solo les devuelve funciones físicas. Primero, los ve. Y luego, los transforma.
El paralítico escucha primero: Tus pecados te son perdonados. Jesús sana su alma antes de tocar su cuerpo. Es como si le dijera: No quiero que te levantes solo para caminar… quiero que vivas realmente libre. El ciego es tocado de forma inusual: barro en los ojos, un llamado a ir a lavarse y después la vista. Pero más que visión, este hombre recupera identidad y acaba adorando a Jesús no solo como sanador, sino como Salvador.
Así también, tú puedes estar caminando por fuera, pero paralizado por dentro. Puedes tener vista, pero no estar viendo lo que Dios está haciendo contigo. Jesús quiere sanar más que lo visible:
- Quiere restaurar tus ganas de levantarte cada mañana.
- Quiere devolverte la visión para ver su propósito en tu historia.
- Quiere liberarte del estancamiento emocional, del miedo que te ata, de la culpa que te encierra.
Pero aquí está el reto: a veces estamos tan acostumbrados a nuestra “camilla” u “oscuridad” que ya no pedimos nada más. Hemos aprendido a sobrevivir sin esperanza de cambio. Hemos aceptado que “así es” nuestra vida. Jesús viene a romper eso. A veces con palabras tiernas, otras con barro incómodo, pero siempre con autoridad. Y cuando te llama a levantarte o abrir los ojos, también te llama a caminar en fe… incluso si no sabes qué viene después. ¿Te atreves a creer que hoy mismo puedes volver a caminar… a soñar… a ver con claridad lo que Él ve en ti? Hoy es el día para levantarte.
Hoy es el día para decir: Antes no podía… ahora camino. Antes no veía… ahora veo.
Reflexión
Hay parálisis emocionales, espirituales, mentales que te impiden avanzar. Hay cegueras culturales o heridas pasadas que nublan la visión. Pero Jesús sigue obrando. A veces a través de amigos que nos traen a Él, a veces en medio del barro, del rechazo o de la crítica. No importa el método: lo importante es el milagro. Y cuando Él te levanta, no vuelves a donde estabas. Caminas por un nuevo camino. Y cuando te da vista, no vuelves a mirar igual. Empiezas a ver quién es Él… y quién eres tú en Él.
- ¿Qué necesitas dejar atrás para caminar hacia adelante con Cristo?
- ¿Estás dispuesto a testificar con valentía como aquel ciego: “yo era... pero ahora soy”?
- ¿Qué áreas de tu vida necesitan ser restauradas desde lo más profundo?
- ¿Estás dispuesto a permitir que Él te toque, aun si eso implica salir del confort de tu camilla o ser “malinterpretado” por otros como el ciego?
Oración
Señor, tú conoces mis limitaciones. Perdona mi pecado y sana mis parálisis internas. Abre mis ojos para ver tu verdad y caminar contigo. Que mi vida testifique: Antes estaba caído… ahora camino contigo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Este plan de lectura invita a conocer a Jesús a través de los ojos de quienes lo vieron obrar, enseñar, perdonar y transformar vidas. A lo largo de siete días, cada encuentro con Él nos revelará una faceta de su identidad divina. ¿Quién es este Hombre para mí? Prepárate para redescubrirlo.
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Nos gustaría agradecer a Gian Carlo Maingón Vallejo y Casa de Oración Puerta del Cielo por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.instagram.com/jn_giancarlogc_/
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