Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

El Príncipe Sin NombreMuestra

El Príncipe Sin Nombre

DÍA 3 DE 9

Los cómplices en el pecado

En esta historia, no solo David fue responsable, sino que también hubo varios cómplices que, conscientes o no, contribuyeron al pecado del rey. Algunos siervos preguntaron por Betsabé, confirmando que estaba casada. Luego estuvieron los mensajeros que fueron a buscarla para llevarla ante David. La misma Betsabé aceptó acostarse con el rey. Otros siervos informaron a David que Betsabé estaba embarazada.

También Joab, el comandante del ejército, fue cómplice en el plan de David para hacer morir a Urías. Aunque no conocía todos los detalles, Joab obedeció la orden de David sin hacer preguntas. El mensajero de Joab que llevó la noticia de la muerte de Urías contribuyó a sellar el destino de un soldado inocente. Finalmente, estuvieron aquellos que llevaron a Betsabé para casarla con David después de la muerte de su esposo. Y, en todo esto, los enemigos de Dios encontraron la ocasión para blasfemar el nombre del Señor a causa de la caída moral del rey de Israel.

Esta historia nos recuerda una verdad profunda: nadie es inocente, todos somos cómplices del pecado. Incluso el mejor de la tierra, aquel que a los ojos de los hombres puede parecer justo, está marcado por el pecado. La Escritura afirma claramente que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios.

Solo Jesús es inocente. Él es el Cordero sin mancha, Aquel que no conoció pecado, pero que se hizo pecado por nosotros, para que recibiéramos la justicia de Dios. En un mundo donde todos somos responsables y culpables, solo en Jesús encontramos la perfecta inocencia y el perdón que nos reconcilian con Dios.

Acerca de este Plan

El Príncipe Sin Nombre

La historia de David, narrada en 2 Samuel 11 y 12, es una de las narraciones más profundas de la Biblia, pues nos muestra el poder del pecado y las consecuencias de las acciones humanas, pero sobre todo, la gran misericordia que Dios ha mostrado no solo a David y a todos los involucrados en el asunto, sino también, después de varios milenios, a nuestras vidas. Esta historia se centra en David, el rey de Israel, quien cayó en una serie de graves pecados, pero que encontró el camino del perdón mediante su sincero arrepentimiento.

More

Nos gustaría agradecer a Carmelo Orlando por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.gesuilnazareno.org/it