Alimento Que EdificaMuestra

Alimento Que Edifica

Algunas personas pueden jactarse de lo que consideran sus más preciadas riquezas y posesiones; sin embargo, nosotros como hijos de Dios hemos recibido riquezas invaluables que jamás han de perecer y que en nada se podrían comparar con las riquezas que ofrece el mundo; entre ellas, el poder de la Palabra que regenera nuestra vida y la alinea cada vez más a la voluntad de nuestro Padre.

Sé que pueden haber momentos en los que nos resulta más sencillo dudar de la Palabra de Dios, porque en ocasiones en medio de determinadas circunstancias la debilidad, la falta de fe y nuestra imperfección intentan cobrar protagonismo; sin embargo, cuando por el Espíritu somos levantados y reafirmados en la fe y en las promesas de nuestro Padre, no hay poder alguno que pueda disipar la certeza y la convicción que nos da su Santo Espíritu respecto a lo que ha escrito en nuestro favor para honra de su Nombre. Es decir, cuando nos enfocamos en los mandatos y en las promesas de nuestro Padre, en vivir por fe en la Palabra, podemos estar totalmente seguros y confiados en su cumplimiento, aún si nos encontramos en valle de sombra y de muerte.

Sin la Palabra de Dios no podríamos vivir. Después de recibir el milagro de poder reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador, después de experimentar la gracia que derramó sobre nosotros, estamos seguros de que si fuéramos apartados de tan sobrenatural don, moriríamos. No tendría ningún sentido respirar si fuéramos desterrados de su voluntad; sin su Palabra, sin su Poder, estaríamos perdidos, sin esperanza, sin sentido ni propósito, sin vida.

La Palabra de Dios, es el alimento que edifica nuestro espíritu; el Poder de su Palabra es el alimento que nos da vida en el Nombre de Jesús, en su identidad y en su carácter. Nuestra vida está contenida en su verdad, su Palabra es la fuente de nuestra esperanza.

Oración:

Padre, vivifícame con tu Palabra; no puedo vivir sin tu gracia, sin tu sabiduría, sin tu dirección. Dame entendimiento no solo para comprender tu voluntad sino para obedecerte, de tal manera que a través de mi vida sea testificada la salvación que he recibido gratuitamente; asimismo, que a través de la adopción que me ha concedido tu Hijo Jesús, pueda evidenciar tu santidad, tu gran amor y tu poder.

Aviva en mí el hambre por tu Palabra, abre mi entendimiento y abre mis ojos a la revelación que trae consigo a tu Hijo Jesús, para que de esta forma pueda verte a ti y pueda conocerte más, y que en la medida que te conozca pueda por tu gracia corresponder a tu amor con el amor que quieres te manifieste en obediencia en Cristo Jesús, en su Nombre. Amén.

@confiados.en.jesus