Alimento Que EdificaMuestra

Damos Lo Que Somos

En todo lugar estamos manifestando lo que guardamos en nuestro corazón y quienes somos a través de las palabras, del trato que le damos a los demás, de nuestras decisiones y nuestras acciones; de la forma en que valoramos o no los beneficios que Dios nos entrega y que a veces damos por sentado, de la forma en que actuamos y nos comportamos en cada situación. Damos de lo que tenemos, damos lo que somos.

Sin darnos cuenta, todo el tiempo estamos testificando o quizá dando anti-testimonio del Dios que tenemos y de la fe que decimos vivir en su Hijo Jesús. Es necesario ser conscientes de esta realidad, es una buena forma de ser conscientes al mismo tiempo del compromiso y la responsabilidad que tenemos ante nuestro Padre Eterno, de la dependencia que tenemos de su Espíritu y de la obediencia que debemos ejercer en Él, para poder avanzar en el Nombre de Jesús, en su voluntad.

Por los frutos se conoce la esencia de un árbol, asimismo por nuestros frutos se conoce la esencia de la naturaleza en la que fluimos, ya sea en la esencia de nuestra naturaleza caída o en la esencia que por gracia hemos recibido en el Nombre de Jesús.

Que hoy sea un día en el que podamos cimentarnos no solo a través del conocimiento de la verdad que nos revela el Poder de la Palabra de Dios, sino a través de la obediencia, del poner por obra su verdad a fin de producir el fruto del Espíritu que revela la nueva naturaleza con la que hemos sido revestidos en Cristo Jesús.

La salvación que hemos recibido a través de Jesucristo, se nos debe notar a través de la perfección que día tras día ejerce el Espíritu de Dios en nosotros para conformarnos a su Nombre. Lo que éramos sin Él, ha muerto; hemos sido libres del peso del pecado, de toda cadena de esclavitud. Tenemos identidad en la naturaleza y esencia de Jesús, y es en Él, en Quien hemos sido resucitados a la nueva vida que lo testifica. Cada día tenemos la bendición de crecer en Él, cada día es una oportunidad que tenemos para darle a otros el regalo de verlo revelado en nuestra vida.

"Padre, que tu Santo Espíritu fluya en mí; hoy y cada día de mi vida quiero avanzar en la perfección que me lleva a manifestar a tu Hijo Jesús a través de tu Poder, que su Nombre brille en mí, en todo tiempo y en todo lugar. Es mi mayor anhelo Señor; guárdame de mí mismo, del mundo y de satanás, y permíteme avanzar conforme a la nueva naturaleza que he recibido en el Nombre de Jesús, para alabanza y honra de tu Santo Nombre". Amén.