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Nuestro Refugio Es Jesús

Hay momentos de la vida que intentan destruirnos, el peso de algunas circunstancias se nos vuelve tan pesado que podemos en ocasiones llegar a sentir que estamos acabados.

Es indudable que existen momentos que intentan hacernos dudar de la gracia que nos cobija y del amor inquebrantable que nos ha revelado nuestro Padre a través del sacrificio de su Hijo Jesús. Cuando nos sentimos abrumados en medio de la prueba o la adversidad podemos caer fácilmente en la incredulidad, y como el pueblo de Israel, podemos caer en la desesperación y la falta de fe aún a pesar de haber visto revelado a través de maravillosos milagros el poder y la bondad de Dios.

Es innegable que por nuestra debilidad fácilmente podemos dejarnos llevar por las circunstancias que vemos; determinadas situaciones pueden detonar nuestras emociones a tal punto de quedar a merced del temor, la angustia o la ansiedad. No es algo que nos deba sorprender, somos imperfectos y normalmente nos resulta fácil dejarnos llevar por lo que vemos en lugar de aferrarnos a la fe que hemos recibido por gracia.

¿Qué hacer en estos momentos? La verdad nos hace libres, lo mejor es acudir apresuradamente hacia Jesús y rendirnos ante Él, sin negar nada de lo que somos, sentimos o pensamos. El vaciar nuestro corazón ante su presencia nos permitirá despojarnos de todo lo que nos impide ver con claridad la verdad en la que fuimos cimentados eternamente; la venda de nuestros ojos caerá y se disipará la oscuridad que ha pretendido opacar la realidad espiritual en la que debemos enfocarnos sin importar las circunstancias que enfrentamos.

Ninguna prueba, ninguna adversidad o tormenta que enfrentemos por más grande que se pueda ver, podrá anular la realidad espiritual que Dios nos ha revelado y que ha cumplido en nuestra vida a través de su Hijo Jesús.

Nuestro refugio es Jesús, es en su Nombre donde podemos hallar la salvación, la libertad y la paz que necesitamos en medio de la tormenta.

Todo lo que estamos viviendo es un instrumento de bendición para nosotros y un recurso a través del cual nuestro Padre cumple su propósito para nosotros en Cristo Jesús. Quizá por el momento no podamos entender todo lo que estamos viviendo; sin embargo, el hecho de estar refugiados en el Nombre de Jesús, nos garantizará la victoria que ni siquiera imaginamos se está forjando en nuestro favor.

Descansemos refugiados y escondidos en el Bendito Nombre de Jesús, confiados en que nos escucha, nos socorre y nos sustenta; confiados en la salvación eterna que nos ha entregado y de la que jamás seremos apartados.

Abre los ojos y míralo a Él a través de su Bendita Palabra, Él es la verdad y la verdad nos hace libres; libres de todo dardo de temor, de mentira y de engaño. Confía en su Nombre y mira a través de la fe en Él, el futuro esperanzador que tenemos garantizado por su gracia. Las pruebas que hoy enfrentamos son pasajeras, pronto veremos como se convierten en maravillosos testimonios de honra y alabanza para nuestro Padre. Amén.