LA LUCHA

1. Caminar con Dios no nos garantiza una vida sin problemas. De hecho, Jesús nos dijo en Juan 16:33: “Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas”. Sabemos que tendremos pruebas y tentaciones y queremos contarte qué son y cómo vencerlas en tu nueva vida con Dios.

Existe una comparación entre las pruebas y la purificación de la plata que nos ayuda a entender el porqué de las pruebas. Un joyero coloca toda la plata en agua y la deja hirviendo al fuego. Esto causa que cualquier impureza flote a la superficie para que el joyero las pueda sacar. Una vez que la plata es hervida y purificada, el joyero observará la pieza bien de cerca y podrá ver su propio reflejo en ella.

Dios permite las pruebas para “limpiar” nuestro carácter imperfecto y para que podamos reflejar a Jesús cada día más. En Romanos 5:3 y en Santiago 1:3 se nos alienta a alegrarnos cuando atravesamos una prueba porque Dios nos está dando la posibilidad de desarrollar resistencia, firmeza de carácter y constancia. Por supuesto que esto es muy difícil, pero podemos lograrlo porque es Dios quien nos acompaña paso a paso para no decaer. ¡Sólo en Dios y en sus promesas podemos encontrar paz en medio de las pruebas!

Por otro lado, también existen las tentaciones que vienen del enemigo con el único propósito de alejarnos de Dios y de que dudemos de Él. Es importante saber que muchas veces estas tentaciones comienzan con pequeñas mentiras que empezamos a creer y que, de a poco, comienzan a tener mayor influencia en nuestra vida. Nos referimos a cosas que en realidad disfrutamos pero que, en lo profundo, nos dañan. Sin darnos cuenta nos dejamos llevar porque la tentación nos da una recompensa instantánea. Esto nos lleva a hacer a un lado a Dios, que en realidad nos ofrece cosas verdaderamente buenas y duraderas.

En situaciones así es clave aferrarnos a La Palabra de Dios, combatiendo las mentiras del enemigo con las verdades de Dios. Pero no podemos pelear mentiras con verdades que no conocemos. Estudiar la Biblia para conocer las verdades que Dios dice sobre nosotros todos los días funciona como la mejor armadura para mantenernos firmes (Efesios 6:17).

Además, en 1 Corintios 10:13, Dios nos promete que ninguna tentación será más difícil de lo que podamos soportar, y que Él nos mostrará una salida para poder resistir. Confiamos en esta promesa porque la Biblia está llena de historias de personas que fueron tentadas y salieron victoriosas ¡Hasta el mismísimo Jesús fue tentado por el diablo en el desierto, y venció con la palabra de Dios!

Es por eso que en medio de nuestras pruebas y tentaciones podemos correr a Jesús, porque Él las atravesó todas y nos comprende en cada situación (Hebreos 4:15). El versículo con el que comenzamos hoy, finaliza así: “…pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” Sea una prueba o una tentación del enemigo para hacernos dudar, pongamos nuestra mirada y confianza en Jesús, ¡quien ya venció todo!