¿Y Ahora Qué Sigue? Primeros Pasos Con JesúsMuestra

REPARTIENDO AMOR
En el pasaje de Lucas 10 Jesús resumió todos las reglas religiosas en dos mandamientos principales: (1) amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma, y toda nuestra mente y (2) amar al prójimo (las personas que tenemos más cerca) igual a lo que nos amamos a nosotros mismos. Podemos decir que lo que Jesús nos manda a hacer es a amar de la manera que él ama, de manera esforzada y sin condiciones.
¡Qué gran desafío tenemos! Pero, ¿Cómo lo hacemos? Si seguimos leyendo el pasaje del principio vemos que Jesús nos cuenta la historia del buen samaritano. (Te animamos a que la leas antes de continuar con lo que sigue) (Lucas 6:27-35)
Retomemos un poco cuáles y cómo son los personajes de esta historia. En primer lugar, está el ladrón. Podemos ver que es una persona que toma lo que no le pertenece y dice “lo tuyo es mío”. Este personaje representa a las personas que lastiman a otros y que no se interesan por los demás.
En segundo lugar, está el sacerdote y el levita. Ellos ven al hombre lastimado pero no se acercan a ayudarlo, dicen: “lo mío es mío”. Estos personajes representan a las personas que no lastiman a otros a propósito, se conforman sólo con cumplir las reglas mínimas para quedar bien.
Por último está el samaritano. Él vio al hombre muy herido y decidió acercarse para ayudarlo. Dice “lo mío es tuyo”. Representa a las personas que están dispuestas a actuar para ayudar a quienes están lastimados y que incluso ofrecen de lo que tienen por amor, con tal de que los demás puedan estar mejor.
Jesús nos manda a hacer lo mismo que el samaritano, a movernos para ayudar a otros y dar de lo que tenemos para ayudar a los demás. Esa es la mejor demostración de amor que es muy similar al amor que recibimos de Dios: un amor que nos mueve a hacer algo desinteresado por otros.
Pero esto no es todo. Jesús nos llama no solo a amar a la gente que nos cae bien, sino que también a nuestros enemigos, que son aquellas personas que nos resulta difícil amar porque nos lastiman o porque son personas que tienen una manera de pensar muy contraria a la nuestra. Se requiere de un amor extraordinario para amarlos y es obvio que esto no es tarea fácil. Pero el Espíritu Santo nos lleva a dar esa milla extra. Amar a quienes pensamos que no se lo merecen, nos identifica como seguidores de Jesús, porque él amó a sus enemigos.
Para amar a los demás nos inspiramos en el amor de Dios. Mediante su gracia Dios nos ama, nos perdona y nos limpia de cualquier error (Romanos 6:14). En Dios experimentamos un amor gigante que fue mucho más allá de lo mínimo e indispensable para salvarnos. Lo dio todo para hacernos personas nuevas y para que podamos amar como Él: a todos y sin esperar algo como recompensa.
¿Con qué personaje de la parábola te identificas actualmente? ¿Tienes alguien en mente a quien creas que debes amar, pero te cuesta hacerlo? ¿A quién?
Acerca de este Plan

Si estás aquí, es porque decidiste seguir a Jesús. Tal vez sientas emoción o incertidumbre, ¡y está bien! Este plan te guiará de manera simple en tus primeros pasos: cómo leer la Biblia, hablar con Dios y vivir cerca de Él. Jesús tiene algo increíble para tu vida. ¡Abre tu mente, tu corazón para descubrirlo!
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Nos gustaría agradecer a LAGRAM por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: lagram.com.ar