Aprendiendo a juzgar correctamenteMuestra

Requisitos para juzgar bien – parte II
La palabra de Dios establece algunos requisitos para juzgar bien.
- Cuarto, la motivación correcta al confrontar (juzgar) a otra persona debe ser siempre la restauración del ofensor.
La razón por la que confrontas a otra persona por su pecado debe ser para ganarlo - restaurarlo, no para menospreciarlo, condenarlo o sentirte superior a él.
“Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado” (Gálatas 6:1).
La referencia a“alguna falta”, se refiere a una violación de la norma de Dios. También vemos que el objetivo es la restauración del hermano. Y es importante la actitud de uno al corregir a otra persona. Pablo dice que el ofensor debe ser restaurado “en un espíritu de mansedumbre”. Esto muestra la humildad que debe caracterizar a un pecador que confronta a otro pecador. También recuerda que debe ser “mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Esta actitud está muy lejos de los santurrones y legalistas que están deseosos de condenar a otros, pero se exaltan a sí mismos.
- Quinto, juzgar con la conciencia de que con la medida que medimos, con esa misma medida seremos medidos.
Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido (Mateo 7:2). A su vez Lucas 6:37 agrega: "No condenéis, y no seréis condenados". También agrega, "Perdonad, y seréis perdonados".
Cada quien decide por sí mismo cómo quiere ser juzgado o medido. ¿Queremos que otros nos juzguen con tolerancia y benevolencia? Entonces, juzguemos a otros con tolerancia y benevolencia. ¿Queremos que otros nos juzguen con intolerancia y dureza? Entonces, juzguemos a otros con intolerancia y dureza.
Es importante que seamos consecuentes. Si usamos una medida (regla) muy estricta para medir a otros, no esperemos que ellos usen una medida muy suave para juzgarnos a nosotros. Si somos muy exigentes hacia ellos, serán muy exigentes hacia nosotros. Si usamos de misericordia para con ellos, ellos usarán de misericordia con nosotros. "Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia" (Santiago 2:13).
Por lo tanto, debemos ser pacientes con otros, para que sean pacientes con nosotros. Si queremos que otros traten de comprender nuestros problemas, dificultades, flaquezas, etc., debemos hacer lo mismo con ellos. Queremos que otros sean generosos para con nosotros, debemos ser generosos para con otros. Queremos que otros sean justos con nosotros, seamos justos con otros. "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos" (Mateo 7:12).
Debemos ser espirituales y mansos en nuestro trato del hermano que peca, recordando que nosotros mismos podemos caer.
- Sexto, juzgar sabiendo que el juicio le corresponde a Dios quien es el Juez supremo
Debemos mantener la perspectiva de que Dios es el Juez supremo, y que es ante Él que todos daremos cuentas. Jesús dijo: No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá (Mateo 7:1-2). Esta última observación da soporte a las anteriores. Tener presente que Dios es el Juez no nos permitirá olvidar que su palabra debe ser la norma del juicio y que esto debe realizarse en un espíritu de humildad que nos permita reconocer que todavía queda mucha hipocresía en el corazón de cada uno de nosotros.
¿Cómo es tu forma de juzgar?
Puntos clave:
- Para juzgar correctamente hay que juzgar con la motivación correcta.
- Para juzgar correctamente hay que juzgar con la conciencia de que seremos juzgados como juzguemos.
- Para juzgar correctamente hay que juzgar sabiendo que Dios es el Juez supremo y que a Él habremos de dar cuenta.
Acerca de este Plan

¿Hay una forma correcta de juzgar a la luz de la palabra de Dios? El juzgar es un tema delicado. Un consejo se puede tomar como una crítica. Mateo 7 dicta unas pautas para juzgar correctamente. Jesús nos dice que necesitamos sacar la viga de nuestro ojo (evaluarnos y corregirnos) y después podemos juzgar a otro. También es importante hacerlo con amor y para el bien de los demás.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: vidaefectiva.com
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