Aprendiendo a juzgar correctamenteMuestra

Una ilustración del principio de Jesús en referencia al juicio – parte II

La pajalogía y la viguitis (vivir con una paja o viga en el ojo sin ser consciente de ella) distorsionan nuestro buen juicio y nuestra percepción, restándonos compasión y tolerancia hacia otros, al no permitirnos ver nuestros propios errores y carencias, viendo sólo los errores y faltas de los demás. Cuando padecemos de éstas enfermedades del alma, perdemos la capacidad de empatizar con otros; nos volvemos criticones, enjuiciadores y murmuradores.

Necesitamos tener cuidado en la forma como percibimos y evaluamos a los otros, evitando pensar lo peor de ellos, o criticarlos duramente.

Según Jesús, es mala idea especializarse en “pajalogía” mientras se sufre de “viguitis”. En su Sermón del Monte, nuestro Señor dijo:” ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no hechas de ver la viga que está en tu propio ojo?”.

Necesitamos, pues, estar alerta contra esta tendencia natural del ser humano de cuestionar a otros, para no caer en el excesivo enjuiciamiento y recriminación de las personas que nos rodean. Esto refleja una actitud poco humilde y carente de amor.

¿Has estado estudiando pajalogía y viguitis?

Si la pajalogía estuviera incluida en el programa de estudio de una universidad, la descripción del contenido de la materia podría decir algo así: “Identificar y criticar las pequeñas faltas en la vida de los que nos rodean. Materia sumamente popular; las vacantes se ocupan de inmediato”.

Si la palabra viguitis estuviera en tu diccionario médico podría definirse de esta manera: “Enfermedad que distorsiona la autopercepción e incapacita al individuo para reconocer las faltas personales. Afecta al mundo entero”.

Según nuestro Señor, la solución es “sacar la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Pero no hace falta ser carpintero ni oftalmólogo para entender esta metáfora de Jesús. Todos hemos inscrito esa materia y también padecemos de esa enfermedad. Pero si hoy centráramos nuestra atención en las vigas que tenemos en los ojos en vez de fijarnos en las pajas que vemos en los demás, ¡qué diferencia marcaría!

¿Practicas la pajología?

¿Qué tan dispuesto estás a mirar la viga en tu propio ojo antes de señalar la paja en el ojo de otra persona?

Puntos clave:

• Sé pronto para juzgarte a ti mismo y lento para hacerlo con los demás.
• Saca la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.