Una vida de intimidad con DiosMuestra

Secretos de la fe
1. La dependencia de Dios se aprende. “Moisés y Aarón se apartaron del pueblo y fueron a la entrada del tabernáculo, donde cayeron rostro en tierra...”, Números 20:6 (NTV). Moisés no siempre dependió de Dios para tomar decisiones, Éxodo 18:16. Después de mucho sufrimiento aceptó el consejo de su suegro: “...Tú debes presentarte ante Dios... y pedirle la solución de los problemas”, Éxodo 18:19 (TLA). Desde entonces verás a Moisés postrado en el lugar secreto buscando la guía de Dios, Números 14:5; 16:4, 22.
2. Dios es la respuesta a todas nuestras necesidades. ¿Quién otro sino el Dios que no tiene escasez en sus depósitos de milagros puede ayudarnos en medio de la adversidad? Dios es ampliamente suficiente para las necesidades de cada momento. Sus tesoros son inagotables. Su fidelidad nunca falta, su bondad es de eternidad en eternidad y su compañía permanece para siempre. Si podemos decir: “Jehová es mi pastor”, podemos añadir también: “nada me faltará”.
3. La desobediencia es consecuencia de la incredulidad. “El Señor... dijo... “Puesto que ustedes no creyeron en mí...”, Números 20:12 (RVC). Los israelitas desobedecieron porque no creyeron que lo que Dios decía podía ser hecho. Los que desobedecen no creen; y los que no creen, desobedecen, Hebreos 3:18-19.
4. La falta de fe es un asunto muy serio. “Puesto que no creyeron en mí”. El texto no dice: “puesto que no creyeron a mis palabras”. Desarrollemos fe no en los milagros o las promesas sino en Dios mismo: “...Asegúrense de que su fe sea solamente en Dios...”. Santiago 1:6 (NTV).
5. Si un método funciona no lo cambies, a menos que Dios te diga lo contrario. Moisés debía hablarle a la roca, sin embargo la golpeó. Usó una estrategia que le había dado resultado anteriormente. La declaración: “si algo te funciona no lo cambies” es poco feliz. Debería decirse: “si algo te funciona no lo cambies a menos que Dios te diga que lo hagas”. La pregunta es: ¿salió agua de la roca que Moisés golpeó? ¡Sí! A veces, en desobediencia, también ‘sale agua’. Pero a Dios no le agradó la conducta de Moisés. Los nuevos tiempos de revelación requieren nuevos niveles de fe. No puedes tener más de Dios con la misma medida de fe que tuviste ayer. La fe es confianza. Si crees lo que Dios te dice lo obedecerás y, como consecuencia, alegrarás su corazón. De ese modo te pondrás en una posición para recibir una gran promoción espiritual. ¡Hoy confía en Dios y obedécelo!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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