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Una vida de intimidad con Dios

DÍA 264 DE 365

Nuestro peor enemigo

“No luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra... espíritus malignos de los lugares celestiales”, Efesios 6:12 (NTV).

La intención de Satanás es abrir una brecha entre Dios y el cristiano por medio del pecado. ¿Por qué hace esto? Porque los odia con odio absoluto. Para concretar su plan se vale de personas de poder y preeminencia. Pueden ser del gobierno o de la Iglesia. ¿Te acuerdas de Elimas, el mago? La Biblia dice que “se había apegado al gobernador...”, Hechos 13:7 (NTV). ¿Para qué? Para impedir que le fuera revelada la verdad del evangelio, Hechos 13:8-10. El diablo sabe que si ‘el capitán’ se corrompe, toda la tropa lo seguirá en sus desvaríos. Jeroboam abrió la puerta a la idolatría y pronto toda la nación cayó en la misma trampa.

Creer que no existe relación entre el pecado de un gobernante y la desgracia en la que está su nación es la mayor ventaja que se le pueda dar al enemigo. Lo mismo sucede en el hogar. Dios ha delegado en los padres la responsabilidad de ser protectores de sus hijos. Si los padres llevan vidas santas la familia será bendecida, pero si desobedecen a Dios entonces el diablo tendrá toda la autoridad que necesita para pulverizar a sus integrantes. Además de infiltrarse en el gobierno, Satanás también apunta a los mandatarios de la iglesia. ¿Qué mejor manera para enfermar a todo el pueblo que envenenando la cisterna de la que sacan agua? Si él logra corromper el corazón de los líderes tendrá entrada libre y podrá pasearse invisible entre el rebaño de Dios. ¡Un diablo vestido de pastor! ¿Cómo se desacredita el nombre de Dios entre las naciones? Que el mundo observe la conducta inmoral de los líderes, y muchos, ya sean ‘buenos’ o ‘malos’, rechazarán la verdad del evangelio.

Cuando pecamos nos unimos a Satanás en su lucha contra Dios. ¡Una verdadera misión suicida! “El que peca demuestra pertenecer a Satanás...”, 1ª Juan 3:8 (NT-BAD). Medita bien antes de aceptar la oferta del infierno. Más bien odia el pecado. Si vas a luchar con él, hazlo en serio. Tírate sobre su cuello y no permitas que respire ni se levante. Aprende de los secuaces de Satanás. Aunque Cristo estaba de espalda en el suelo, ellos tomaron sus recaudos. Nunca pensaron que lo tenían seguro, ni aun muerto. Sellaron la tumba y la vigilaron. Haz lo mismo, pero para estorbar el pecado. Vigila constantemente tu vida para que el diablo no gane ventaja alguna sobre tu vida.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/