Una vida de intimidad con DiosMuestra

¿Qué estorba tus oraciones?
“Son sus pecados los que los han separado de Dios. A causa de esos pecados, él se alejó y ya no los escuchará”, Isaías 59:2 (NTV).
Dios no escucha las oraciones de quienes persisten en el pecado. “El Señor se aleja de los perversos, pero está atento a las oraciones de los justos”, Proverbios 15:29 (PDT). ¿Está el Señor obligado a responder la oración que un hombre justo hace en favor de una persona que insiste en pecar? Por supuesto que no. Aunque Abraham era el padre de la fe y amigo íntimo de Dios, sus oraciones no pudieron impedir que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra, Génesis 18. Sin embargo, la oración que hizo en favor de su sobrino Lot sí fue contestada, Génesis 19:29. ¿Por qué razón Dios no contestó la oración que Abraham hizo en favor de las ciudades y sí la que hizo en favor de Lot? Porque Lot era justo, 2ª Pedro 2:7. Dios le dijo a Abimelec: “Devuelve la mujer a su esposo; y él (Abraham) orará por ti... entonces vivirás; pero si no la devuelves, puedes estar seguro de que tú y todo tu pueblo morirán”, Génesis 20:7 (NTV). En este caso, la oración de Abraham solo funcionaría si el rey abandonaba su pecado.
En otras palabras, cuando una persona después de ser advertida una y otra vez, insiste en no arrepentirse, las oraciones a su favor no producirán efectos positivos.
Ahora bien, es posible que vivas en santidad y te esfuerces por obedecer a Dios pero tus oraciones no sean contestadas. La razón podría ser el pecado de alguien que está en tu círculo íntimo. El Señor había dicho: “Tu campamento debe ser un lugar santo; si el Señor ve algo indecente, se apartará de ti”, Deuteronomio 23:14 (BAD). ¿Cuál fue la consecuencia de la inmoralidad en la casa de Elí? El cielo de cerró para todos. ¿Por qué el pueblo de Israel fue derrotado por el insignificante ejército de Hai? Porque el campamento estaba contaminado, Josué 7. El pecado de un solo hombre cerró el cielo para toda la nación. Piensa en tu familia. El pecado de uno compromete la presencia y la bendición de Dios para todos los demás. La razón por la que debemos poner la casa en orden y crearle a Dios un ambiente de honra es para que no se retire. O nos alejamos del pecado o el pecado aleja a Dios de nuestro hogar. Si quieres a Dios y su bendición despacha el pecado de ‘tu campamento’.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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