Una vida de intimidad con DiosMuestra

Evalúa tu vida espiritual
¿Se ha intensificado, en estos últimos meses, tu amor por Cristo? ¿Cómo es tu relación con el pecado? ¿Anhelas con pasión y desesperación la manifestación del Señor? ¿Cuán profundo es el arrepentimiento por tus pecados? Existen dos evidencias del verdadero arrepentimiento: el dolor por haber ofendido a Dios y el abandono definitivo del pecado. Cuando David fue derrotado por el pecado de adulterio renovó el perdón por todos los demás: “Ten misericordia de mí, oh Dios... borra la mancha de mis pecados...”, Salmo 51:1 (NTV). Una persona que no ha sido totalmente quebrantada podría reconocer algún que otro pecado, pero sin que su arrepentimiento sea total. Ese fue el caso de Judas quien confesó su traición, pero no su desfalco económico ni su hipocresía. A simple vista tenemos a dos hombres arrepentidos. Tanto David como Judas reconocieron sus pecados. David dijo: “He pecado contra el Señor”, 2º Samuel 12:13 (NTV).Y Judas expresó: “He pecado contra Dios porque entregué a Jesús...”, Mateo 27:4 (TLA). La confesión de sus pecados podría hacernos creer que ambos estaban verdaderamente arrepentidos. ¿Cómo advertimos la diferencia? David se arrepintió de su adulterio, homicidio y también de los demás pecados; a diferencia de Judas quién solamente confesó su traición.
Después de la traición, Judas devolvió el dinero a los sacerdotes y les dijo: “He pecado contra Dios porque entregué a Jesús, y él es inocente...”, Mateo 27:4 (TLA). ¿Recuerdas qué le dijeron los sacerdotes? Ellos eran los representantes de Dios aquí en la tierra, encargados de guiar al pueblo a temer a Dios: “¡Y eso que nos importa! ¡Es problema tuyo!”, Mateo 27:4 (TLA). El diablo hace exactamente lo mismo con nosotros. Nos seduce a pecar, nos muestra lo estimulante que resulta llevar una vida licenciosa y, cuando cedemos al pecado, nos visita para decirnos que estamos terminados y sin esperanza. Su trabajo es robarnos la paz y llenarnos de dudas. ¿Estás en medio de una lucha parecida? ¿Ha llegado el diablo para señalarte los errores que has cometido en el pasado? ¿Te ha dicho que ya es demasiado tarde? ¡Tonterías! Si arrepentido te vuelves al Señor, Él es capaz de sacarte del pozo más hondo. El pecado de David fue grande, pero halló misericordia. Pedro negó su fe, pero ahora está en el cielo. ¿Te ama Dios a ti menos que a ellos? ¡Que hoy crezca tu fe! ¿Acaso el Señor no ha prometido perdonar a todo aquel que tenga un corazón contrito, Salmo 34:18? Ten ánimo. Busca su presencia. Abandónate en los brazos del Señor. Nadie te tratará mejor que Él.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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