Una vida de intimidad con DiosMuestra

Evita a los siervos del diablo

Dios nos quiere lejos del pecado. Sin embargo, el diablo tiene sus estrategias para acercarnos a él. Usa sus artimañas para seducirnos. ¡Cuántas veces nos hace dudar de Dios y de su amoroso cuidado! Suele afligirnos y tentarnos a la impaciencia, sobre todo cuando Dios se demora en contestar nuestras oraciones. Y si nada le da resultado nos tienta por medio de amigos, familiares o personas que dicen ser ‘cristianas’.

Pablo dijo: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos... ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?... Por lo tanto, salgan de entre los incrédulos y apártense de ellos... No toquen sus cosas inmundas, y yo los recibiré...”, 2ª Corintios 6:14-17 (NTV). Observa la secuencia: “no se asocien... salgan... apártense... No toquen sus cosas inmundas y yo los recibiré”. No puedes tener lo mejor de Dios y lo mejor de este mundo. No puedes acercarte a Dios sin abandonar las cosas turbias en las que estás metido. El pecado debe ser cortado de raíz. Algunas personas han muerto al pecado, mientras que otras están muertas en pecado. ¿Qué le dijo Jesús a la mujer sorprendida en el acto mismo del adulterio? ¿Qué peque menos? No, le dijo: “vete y no peques más”, Juan 8:11. ¿Qué le dijo Pablo a la iglesia de Éfeso? ¿El que antes hurtaba, ahora robe menos? No, él dijo: “el que hurtaba, no hurte más”, Efesios 4:28. ¡Separarnos del pecado es vital, si queremos una verdadera comunión con Dios!

“Apártense de ellos... y yo los recibiré”, 2ª Corintios 6:17 (NTV). La separación no es de contacto sino de complicidad y conformidad. ¡Sepárate de lo malo y sepárate PARA DIOS! Es imposible ser bendecidos y usados por el Señor si es que estamos comprometidos con el mal o somos cómplices de lo malo. La separación del mal implica alejarse de lo malo de este mundo pero también de los creyentes que, según la Biblia, son ‘vasos para deshonra’. “No se relacionen con ninguno que afirma ser creyente y aun así se entrega al pecado.... Ni siquiera coman con esa gente...”, 1ª Corintios 5:11 (NTV). ¿Quiénes son nuestros contactos habituales en los negocios y las conversaciones? ¿A quiénes estamos siguiendo en las redes sociales? Un simple ‘me gusta’ te puede hacer cómplice del pecado ajeno. No participes de los comentarios negativos que se ventilan. Su fin es confundirte, opacar tu fe y entristecer al Espíritu Santo. Desintoxícate de tantas publicaciones tendenciosas en las redes. Tu salud espiritual lo merece.