Una vida de intimidad con DiosMuestra

Mentiras del mentiroso
Dios dijo: “No comas del árbol del conocimiento del bien y del mal, porque si comes de él morirás irremediablemente”, Génesis 2:17 (BDA 2010). La serpiente dijo: “Eso es mentira. No morirán”, Génesis 3:4 (TLA).
La primera y más grande mentira del mentiroso es hacernos creer que el pecado es una travesura sin consecuencias. Así lo hizo con Adán y Eva. Les dijo: “no morirán”. Los incitó a dudar de Dios y de la veracidad de su Palabra.
Al inicio del camino, Dios había sido muy claro. Les advirtió que la desobediencia les costaría la vida. Adán y Eva estaban en una verdadera disyuntiva. ¿A quién le creerían? ¿A aquel que les había dicho que el pecado los arruinaría o, a aquel que les aseguraba que serían iguales a Dios? Todos conocemos la decisión que tomaron y cuáles fueron las consecuencias.
El mentiroso sigue repitiendo la misma mentira. Mira tu propia vida, observa a tu alrededor. Verás cuán fácilmente le creemos al diablo. Recorramos la Biblia y dejemos que el Espíritu Santo nos convenza de la malignidad del pecado y nos persuada a la santidad radical. Pablo dijo: “...Qué terrible es el pecado”, Romanos 7:13 (NTV). ¡Tan terrible que el pecado de un solo hombre trajo muerte a toda la humanidad!, Romanos 5:12 y 17.
El evangelio que rebaja la gravedad del pecado es del diablo, pues el pecado clavó a Jesús en la cruz y rompió la intimidad que tenía con el Padre. No subestimes a este poderoso enemigo. Si le das lugar, te arruinará como lo hizo con Adán y Eva. Dios el Padre le dio la espalda a su propio hijo a causa del pecado, ¿acaso piensas que contigo será diferente? Dios dice que el pecado trae muerte. ¿Por qué razón tantos creyentes e incluso líderes creen estar ungidos, cuando están viviendo en pecado? Dicen tener revelaciones de Dios, pero eso no puede ser verdad. La Biblia dice que el pecado se paga con la muerte espiritual. ¿Eres tú uno de ellos? Si es así, ve a la cruz, mira a Jesús y escucha lo que está diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, Mateo 27:46 (NTV). ¡Aléjate del pecado! ¡No aceptes las mentiras de Satanás!
“Amado Señor, te pido perdón por la dureza de mi corazón. Perdón por creer que ministrar en los dones que me has dado significa que tengo tu aprobación. Perdón por manchar tu nombre pensando livianamente acerca del pecado. Ayúdame a vivir en la santidad. Amén”.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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