Una vida de intimidad con DiosMuestra

Cómo anular una maldición
“...Arrepiéntanse ahora mismo... y vuelvan a mí... entonces les devolveré lo que perdieron”, Joel 2:12-13 (TLA) y 2:25 (NTV).
La desobediencia tiene el poder de anular una bendición. ¿No lo crees? Observa lo que sucedió con Elí. Dios le había prometido que lo serviría para siempre junto a su familia. Sin embargo, la promesa quedó sin efecto a causa de su desobediencia: “Por cuanto has hecho esto (honrar a los hijos más que a Dios), de ninguna manera permitiré que... me sirvan, aun cuando yo había prometido que... me servirían siempre...”, 1ª Samuel 2:30 (NVI). ¡Así como una promesa puede ser cancelada por la desobediencia, un juicio puede ser anulado por el arrepentimiento! “Corrijan su conducta..., obedezcan a... Dios, y el Señor se arrepentirá del castigo con el que los ha amenazado”, Jeremías 26:13 (BDA 2010). ¡Qué gran noticia! El arrepentimiento deja sin efecto el castigo prometido: “Vuélvanse a mí de todo corazón... porque el Señor es tierno y compasivo... dispuesto siempre a levantar el castigo”, Joel 2:12-13 (DHH).
Veamos algunos ejemplos que estimularán tu fe. Cuando Josías se humilló, Dios dijo: “...No enviaré el desastre que he prometido...”, 2º Reyes 22:20 (NTV). ¿Y qué decir del perverso rey Acab? La Biblia relata que “...no hubo nadie como Acab que ofendiera tan gravemente al Señor...”, 1º Reyes 21:25 (BLPH). Sin embargo, un día se arrepintió de su maldad y halló misericordia. Dios le dijo a Elías: “¿Viste cómo Acab se ha humillado ante mí? Por haberse humillado, no haré lo que prometí mientras él viva...’”, 1° Reyes 21:29 (NTV). Otro ejemplo es el de Manasés. Era tan corrupto como Acab, pero un día: “...se humilló tanto... que Dios escuchó su oración y lo perdonó. Además, le permitió volver a Jerusalén para reinar sobre Judá...”, 2º Crónicas 33:11-13 (TLA). Manasés no solo fue perdonado sino restituido a su posición de rey. ¿Alcanzas a comprender la grandeza del amor de Dios? En la lista de reyes corruptos, Acab y Manasés están en la cima. Sus vidas son un catálogo de hechos malvados; pero debido al poder del arrepentimiento Dios los atendió. Si el Señor pudo perdonar a Acab y Manasés, con seguridad puede perdonar a cualquiera que se acerque a Él en las mismas condiciones. ¿Estás agobiado por la culpa? No importa cuán grave haya sido tu pecado, si te vuelves a Dios de todo corazón, Él será misericordioso y perdonará todos tus pecados. No estás fuera del alcance del perdón de Dios.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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