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Una vida de intimidad con DiosMuestra

Una vida de intimidad con Dios

DÍA 245 DE 365

Por una vida de intimidad con Dios

“La serpiente... dijo... “¡No morirán!”...”, Génesis 3:1-4 (NTV).

El diablo convenció a Eva. Le dijo que una vida en desobediencia era mejor que aquella vivida en obediencia. No dejes que te susurre la misma mentira. No subestimes el poder intrínseco de la desobediencia. La Biblia dice que “la paga que deja el pecado es la muerte”, Romanos 6:23 (NTV). ¡El pecado mata nuestra vida espiritual y aleja a Dios de nuestras vidas! Por donde lo mires, el pecado es el peor negocio de la vida.

Advierte que la serpiente no le habló a Eva mal de su esposo sino, de Dios. Destruir matrimonios, arruinar familias y acabar con ministerios es algo secundario para el diablo. Él sabe muy bien que si logra poner una cuña en nuestra relación con Dios, todo lo demás sufrirá. Después que Adán y Eva pecaron, la debacle familiar fue cuestión de tiempo. Perdieron el hogar, la familia, el ministerio y el trabajo. Y no solo ellos sufrieron. La desdicha pasó de generación en generación.

La raíz de todas las desgracias humanas está en alejarse de Dios. Y nadie puede salir del pozo de la desesperación si primero no resucita su relación con Dios. No puedes reavivar tu matrimonio, restaurar la familia o recuperar el ministerio si primero no restauras la más importante de todas las relaciones. Intentarlo sin Dios no te dará resultado. Las cinco claves o las tres llaves que prometen soluciones rápidas son, simplemente, maquillaje para tu problema. Deja de intentarlo por medios equivocados. El consejo bíblico es solo uno: ¡recupera tu vida espiritual!

¿Recuerdas a los diez leprosos sanados por Jesús en Lucas 17:11-19? Solo uno regresó. ¿Y los demás? Se olvidaron de Dios. No agradecieron su sanidad ni retornaron al bendecidor. Buscaron la mano del sanador, pero no les importó conocer a su Salvador. Imagina si Jesús hubiera antepuesto sus propios intereses. Piensa. ¿Qué hubiera pasado si descuidaba su relación con el Padre? Gracias a que Él nunca se desconectó del cielo toda la humanidad tiene la oportunidad de canjear su destino eterno de condenación por uno de salvación. Jesús vivió en intimidad con el Padre. Logró lo imposible y venció lo inimaginable. También nosotros venceremos si tomamos la decisión primero, y perseveramos luego, en hacer de Dios la mayor prioridad de nuestra vida. ¡Si permaneces en Dios, tendrás todo lo que necesites!

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/