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Una vida de intimidad con DiosMuestra

Una vida de intimidad con Dios

DÍA 217 DE 365

Despeja tu mente

“Que todos mis pensamientos le agraden... al SEÑOR”, Salmo 104:34 (NTV).

He aquí la manera para deshacerse de malos pensamientos:

1. Utiliza recursos espirituales. Nuestro enemigo es espiritual y necesitamos armas espirituales para enfrentarlo. Pablo dijo: “...Para destruir las fortalezas del mal, no empleo armas humanas, sino las invencibles armas del todopoderoso Dios...”, 2ª Corintios 10:3-4 (NT BAD). Ni se te ocurra pelear la batalla de la mente con armas humanas. ¿Sabes por qué? Porque los malos pensamientos que no se destruyen inmediatamente se convierten en fortalezas espirituales. El diablo deposita los huevos de ‘malicias espirituales’ y se esconde. Con el tiempo esos huevos dan a luz serpientes capaces de mordernos y hacernos daño. No permitas que algún pensamiento malo ande libre por tu mente. Persíguelo, captúralo y mátalo.

2. No te duermas espiritualmente. Mientras dormían... vino el enemigo... y sembró... y se fue, Mateo 13:25 (Jünemann). ¿Luchó Jesús con malos pensamientos? No tengas dudas. La Biblia dice que “El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que nos pone a nosotros para hacernos pecar, solo que Jesús nunca pecó”, Hebreos 4:15 (BLS). Jesús lidió cuarenta días seguidos con los pensamientos basura que el diablo le arrojaba en su mente. El hecho de que se diga que el diablo se le apareció no significa que haya sido visiblemente. Con toda seguridad tentó a Jesús como lo hace con nosotros: en la mente. ¿Y qué recursos utilizó el Señor para pelear esas batallas? Combinó la Palabra de Dios con la vigilia, la oración y el ayuno. El diván, las terapias, los consejos y la medicina no resolverán el problema de los malos pensamientos. El pastor, el profeta o el intercesor tampoco podrán hacerlo. Nadie puede echar fuera de tu mente a los pensamientos malos, solamente tú puedes hacerlo. ¡Y el lugar secreto es la clave!

El consejo bíblico es: “...Purifiquen su corazón...”, Santiago 4:8 (NTV). Trata a los malos pensamientos como si fueran una pandilla de forajidos que andan por el país acosando a los ciudadanos. Aunque no puedas evitar que pasen por tu mente, puedes asegurarte de que no se afincarán allí. Tan pronto como aparezca un pensamiento malo debes decir: “Este pensamiento me puede destruir. Podría perder la vida y el alma si los hospedo en mi mente”. Debes entender que no es tuyo. El diablo lo sembró en tu mente con el propósito de arruinar tu vida espiritual. ¡No le des el gusto! Asegúrate de que todos tus pensamientos agraden a Dios.

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/