Una vida de intimidad con DiosMuestra

La oración que produce resultados
En la oración modelo del Padre nuestro Jesús nos enseñó a pedir primero por los intereses de Dios y, luego, por nuestro bienestar espiritual, Lucas 11:2-4. Las oraciones enfocadas solo en nuestras necesidades físicas, terrenales y pasajeras no agradan a Dios y generalmente no reciben respuestas: “...Piden y no reciben, porque piden mal... piden con la... intención de malgastarlo en sus propios caprichos”, Santiago 4:3 (BDA2010 y BLPH). La Biblia registra muchas oraciones, algunas dignas de ser imitadas y otras no tanto. Por ejemplo, la oración que Abraham hizo en favor de su sobrino Lot no merece ser repetida. Al pedirle a Dios que lo preservara de la destrucción de Sodoma mostró su desinterés por el bienestar espiritual, Génesis 19. La tendencia a pedir solo por beneficios pasajeros y terrenales es una debilidad en el hombre de todas las épocas. La Biblia dice: “Todos buscan su propio interés, y no el interés de Jesucristo...”, Filipenses 2:21 (DHH). Jesús sabía que el interés de muchos de sus seguidores no era espiritual sino temporal. No buscaban la salvación que les ofrecía sino los panes y los peces: “...Ustedes me buscan... porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna...”, Juan 6:26-27 (BLA). Jesús nos ordenó procurar el alimento que no perece. ¿Cómo? Escudriñando las Escrituras como el viajero examina los mapas, pues cada día viajamos en tierra desconocida; asistiendo a las reuniones de la iglesia para adorar a Dios y edificarnos en la fe; meditando día y noche sobre los preceptos sagrados, las advertencias, las prohibiciones y las promesas de la Biblia.
El único interés de Elías en el monte Carmelo era que Israel reconociera a Jehová como su único Dios: “...Elías... dijo: –Señor... Respóndeme... para que sepa este pueblo que tú eres el Señor, el verdadero Dios... Entonces bajó el fuego del Señor...”, 1º Reyes 18:36-38 (BDA2010). El apóstol Juan dijo: “...Él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada”, 1ª Juan 5:14 (NTV). Pedir para que las personas sean salvas y la iglesia sea edificada espiritualmente agrada a Dios. Pablo es nuestro ejemplo. Él dijo: “Le pido a Dios... que les dé sabiduría espiritual y percepción, para que crezcan en el conocimiento de Dios...”, Efesios 1:17 (NTV). Como verás, orar es importante pero ‘cómo’ orar lo es aún más. Recuerda: ¡la oración que se hace para el beneficio de Dios recibe respuesta!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/