Una vida de intimidad con DiosMuestra

El horno de la oración
“Si dos de ustedes se ponen de acuerdo... acerca de algo que quieran pedir en oración, mi Padre... se lo concederá...”, Mateo 18:19 (NT-BAD).
Jesús llamó a sus discípulos “...para que estuvieran siempre con El y salieran a predicar”, Marcos 3:14 (NT-BAD). Advierte el orden. Primero la comunión, luego el servicio. Y ese fue el ejemplo que nos dejó. Para Jesús la oración no era un salvoconducto de último momento sino un placer mayúsculo. En cambio, nosotros queremos respuestas exprés, bendición y poder. ¡No podemos disfrutar de bendiciones sin abrazarnos al Dios invisible en oración! ¡La oración light no es efectiva! Si realmente anhelas ver cambios significativos en tu vida, familia o ministerio necesitas frecuentar el lugar secreto y experimentar encuentros profundos con Dios. Si la vida de alguien va a ser transformada no será como resultado de un consejo, terapia o esfuerzo humano, será como consecuencia de un encuentro con Dios en el lugar secreto. ¿No estás convencido? Lee entonces el libro de los Hechos. El impacto del cristianismo en el mundo nació en una reunión de oración. ¿Cuál crees que era el secreto del éxito ministerial de Jesús? Acertaste, ¡el lugar secreto! “Su fama se difundía cada vez más... pero con frecuencia Él se retiraba a lugares solitarios y oraba”, Lucas 5:15-16 (NBLH). Si quieres lograr un impacto significativo no soslayes la importancia de la carpa del encuentro.
Ahora bien, la oración privada es tan importante como la colectiva. Jesús prometió recompensa para los que oran en el lugar secreto (Mateo 6:6); pero también para los que oran colectivamente. El bautismo del Espíritu Santo fue el resultado de una reunión de oración. Jesús ofreció la llenura del Espíritu a 500 personas (1ª Corintios 15:3-6), pero solo los que estuvieron reunidos y orando recibieron esa visitación, Hechos 2:4. ¿Y los creyentes ausentes? ¡Se lo perdieron! ¡La reunión de oración siempre da como resultado la manifestación de la presencia de Dios! La llenura del Espíritu y el poder para ser efectivos en la misión fue la consecuencia de una reunión de oración. ¡Cuántas bendiciones podríamos perdernos cuando decidimos quedarnos en casa invernando, cultivando el ocio y alimentando la carne antes que ir al templo a orar! Por todo lo expuesto, ¡reunir a los creyentes para orar es una verdadera guerra espiritual! Y, la enorme resistencia que produce evidencia los grandes beneficios que trae.
¿Deseas ser usado por Dios? ¿Quieres disfrutar de su presencia? ¡No te pierdas las reuniones de oración y no abandones el lugar secreto de oración!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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