Una vida de intimidad con DiosMuestra

La oración que Dios contesta
“...Convoquen a una reunión... en el templo... y hagan oración al Señor”, Joel 1:14 (PDT).
Dios prometió derramar su Espíritu si su pueblo se reunía para orar, Joel 2:28. Lo mismo sucedió en el Nuevo Testamento, Hechos 2:1-4. A lo largo de la historia nunca ha habido un despertar espiritual que no haya comenzado con creyentes reunidos, unidos, orando. Y ni uno solo de esos poderosos avivamientos continuó después que las reuniones de oración declinaron. ¡Los grandes movimientos del Espíritu nacen en oración, avanzan en oración y se sostienen en oración!
¡La postración para buscar a Dios, en agonizante oración colectiva, siempre desata extraordinarias bendiciones! Cuando al rey Josafat le declararon la guerra convocó a toda la nación para orar (2ª Crónicas 20:4) y Dios peleó por ellos, 2º Crónicas 20:17. Cuando los filisteos le declararon la guerra a Israel, el profeta Samuel les ordenó reunirse para orar y arrepentirse de sus pecados. Apenas obedecieron: “Dios escuchó... y... los filisteos... salieron corriendo”, 1º Samuel 7:10 (TLA). Las batallas imposibles se ganan con oración y, ¡oración colectiva!
Los que oran juntos deben hacerlo en unidad, si quieren que Dios conteste sus oraciones: “Si... se ponen de acuerdo... mi Padre... se lo concederá...”, Mateo 18:19 (NT-BAD). La oración en unidad alcanza el oído de Dios, deleita su corazón y hace mover su mano para otorgar cuantiosas bendiciones. El salmista dijo: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!... Allí envía Jehová bendición, y vida eterna”, Salmo 133. ¿Dónde envía bendición? Donde los hermanos habitan en armonía.
Salomón dijo: “Más valen dos que uno, pues trabajando unidos les va mejor a ambos...”, Eclesiastés 4:9 (PDT). Frente al peligro de tropezar, enfriarse o ser superado por el enemigo “dos son mejor que uno”. Ese mismo principio lo enseñó Jesús cuando envió a los discípulos (Marcos 6:7 y Lucas 10:1) de “dos en dos”. Del mismo modo obró al pedir el burrito (Mateo 21:2) y también cuando mandó a preparar la pascua en el aposento alto (Marcos 14:13). En el libro de los Hechos observamos que el Espíritu Santo envió a Pablo y a Bernabé a la obra misionera, Hechos 13:2. ¿Lo ves? “Dos son mejor que uno”.
¡El poder de la oración se multiplica cuando los creyentes oran juntos! ¡Y, el acuerdo entre ellos, garantiza las respuestas a las oraciones! Reúne a tu familia para orar. ¡Cosas extraordinarias sucederán!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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