Una vida de intimidad con DiosMuestra

Spa espiritual
“Esto es... urgente... dejen de lado sus actos oscuros... y pónganse la armadura resplandeciente de la vida recta”, Romanos 13:11-12 (NTV).
Perder el enfoque es muy fácil; así como deslizarnos a través de la marea de problemas y ofertas de este mundo. Por ello necesitamos reevaluar nuestras prioridades. El primer aspecto a valorar es nuestra vida espiritual. ¿Estamos despiertos? La única forma de saberlo es revisando nuestra relación con el pecado. Un vínculo amoroso con el pecado es un problema mayúsculo. Un “varón (o mujer) conforme al corazón de Dios” nunca permite que el pecado se apoltrone en su vida. Al contrario, lo reconoce y se aparta inmediatamente, Salmo 51:1-4.
El pecado es maligno porque mata nuestra vida espiritual. Por tal motivo, hacer sentir bien a las personas cuando están revolcándose en el fango del pecado es un acto deleznable. Seamos honestos y expongamos el horrible pecado. Maquillar el cadáver puede otorgarle un aspecto más agradable, pero no le devuelve la vida. Reconozcamos cada pecado. Hemos traicionado a Dios. Y, cuántas veces nos hemos acercado a Él con la intención de “usarlo”.
Tampoco anestesiemos el dolor que produce el pecado: “...La clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae... salvación...”, 2ª Corintios 7:10 (NTV). ¿Recuerdas cuán confrontativo fue Pablo con los corintios? Les envió una carta mordaz, pero la intención era que se arrepintieran de su maldad: “No lamento haberles enviado esa carta tan severa... porque el dolor hizo que se arrepintieran...”, 2ª Corintios 7:8-9 (NTV).
Supongamos que a una persona le descubren un tumor maligno y el médico decide tratarlo con analgésicos. ¿Qué diríamos de él? En el mejor de los casos que es un negligente. Lo mismo sucede con el cáncer espiritual. Muchos líderes están prescribiendo analgésicos, en lugar de exponer el poder mortal del pecado. Los sedantes espirituales nos hacen sentir bien, pero no solucionan la raíz del problema. Debemos ser honestos y confrontar el pecado, si queremos que sea erradicado. ¿Sientes tristeza por tu pecado? Es una buena señal de que estás vivo para Dios. ¡Pero cuidado! Si el chisme es un juego, el mentir una costumbre, la pornografía un placer y otros pecados no son gran cosa, estás en problemas. ¡No estás dormido, estás muerto! Y hoy puede ser el día para resucitar. Si de todo corazón abandonas el mortal pecado y te vuelves a Dios, para no retornar a los antiguos caminos de maldad, tu futuro será esplendoroso. Es más, ninguna otra decisión podría traerte mayores bendiciones.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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