Una vida de intimidad con DiosMuestra

El aposento alto
“...Todos se reunían... unidos en oración...”, Hechos 1:14 (NTV).
Dios obra en respuesta a la oración. La venida del Espíritu Santo sobre Cornelio y su familia fue la contestación a sus oraciones, Hechos 10:4. El descenso del Espíritu Santo en Pentecostés ocurrió como resultado de las oraciones. El impacto de Dios sobre tu vida vendrá como consecuencia de tus encuentros diarios en el lugar secreto.
Edificar una vida de oración cuesta lágrimas. En primer lugar, debemos renunciar a la autosuficiencia. Hasta que no caigamos en la cuenta de que no podremos hacer algo trascendente y con resultados sobrenaturales, confiados en nuestras propias fuerzas, no iremos a orar. Solo cuando la autosuficiencia muera acudiremos al lugar secreto.
¿Acudes sin demora y, sin faltar un día, a tus encuentros con Dios? Muchas cosas tironeaban la agenda de los apóstoles. Sin embargo, ellos priorizaron la oración (Hechos 6:4).
Algunas bendiciones llegarán a tu vida como respuestas a oraciones que haces en privado, pero otras serán el resultado de oraciones colectivas, en unidad con otros hermanos.
Orar en unidad provoca resultados extraordinarios. De ahí que experimentemos tanta resistencia para concretar tiempos de oración compartida. Orar, y orar en unidad, son dos verdaderos milagros.
¡El propósito de Dios es bendecir a toda tu familia! Pablo le dijo al carcelero: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”, Hechos 16:31. Cuantiosas bendiciones serán liberadas cuando invirtamos en el desarrollo espiritual de la familia, orando y leyendo la Biblia en unidad.
A pesar de que se conoce este principio espiritual muy pocas familias viven la experiencia de la adoración conjunta. Ser una familia con sus miembros confesando a Cristo, pero sin la práctica de la oración en unidad es como andar en un vehículo de alta velocidad pero con los pies puestos en el freno. Andamos más despacio, perdiendo tiempo y potencia porque el freno de la falta de oración en unidad detiene los propósitos de Dios y nos impide disfrutar de todo lo bueno que Él ha preparado para nosotros.
No existe esperanza de un impacto significativo y de largo alcance en nuestras vidas, ministerios y naciones a menos que percibamos el poder sobrenatural de la presencia manifiesta de Cristo. Y eso solo sucederá como resultado de la oración. ¡La oración es vital! No la descuides. Sé un candelero que alumbra en este mundo de oscuridad.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More
Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/