Una vida de intimidad con DiosMuestra

Acepta tu filiación
“Una voz desde el cielo dijo: “Este es mi hijo amado con quien estoy muy contento’”, Mateo 3:17 (PDT). “¡Miren a mi elegido!... Yo lo amo mucho, y él me llena de alegría...”, Mateo 12:18 (TLA). “...Éste es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo...”, Mateo 17:5 (NTV). “Nosotros estábamos allí cuando Dios el Padre trató a Jesús con mucho honor...oímos cuando...dijo: “Éste es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él’”, 2ª Pedro 1:17 (TLA).
Dios hizo público el amor que sentía hacia su hijo, más de una vez. Fueron momentos de aprobación y afirmación para Jesús, aunque Él siempre fue consciente de que era amado por su Padre: “Jesús... dijo: “Yo, el Hijo de Dios... solo hago lo que veo que hace Dios, mi Padre. Él me ama...”, Juan 5:19-20 (TLA). “Padre... me amaste desde antes de la creación del mundo”, Juan 17:24 (NVI).
Ahora bien, la primera estrategia que el diablo utilizó para tentar a Jesús fue cuestionar su identidad como Hijo de Dios: “...El diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”, Lucas 4:3. Y esto ocurrió inmediatamente después de ser declarado Hijo de Dios, lo cual demuestra que el diablo estuvo presente el día en que Jesús se bautizó, pues utilizó la declaración hecha por Dios para tentarlo. El diablo quería que Jesús dudara de su relación filial. La misma estrategia utiliza con nosotros. Pone en duda la identidad que tenemos como hijos de Dios, redimidos, salvados por gracia, adoptados en su familia y constituidos herederos con Cristo del reino celestial: “Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios. Y, como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero”, Gálatas 4:7 (NTV).
El diablo incitó a Jesús para que demostrara que era el Hijo de Dios. Pero Jesús no lo hizo. Jesús no dudó de su identidad. Era Hijo de Dios porque el Padre lo había declarado y punto. Y esa declaración es la misma que Dios hace cuando tú entregas tu vida a Jesús: “Pero a los que lo aceptaron y creyeron en él, les dio el derecho de ser hijos de Dios”, Juan 1:12 (PDT). Si has aceptado a Cristo como Salvador, entonces eres hijo de Dios y punto.
¡No tienes que hacer algo extraordinario para demostrarlo, solo tienes que creerlo, valorarlo y agradecerlo!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More
Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/