Una vida de intimidad con DiosMuestra

Creer es actuar
“Adonde quieras que vayas, haz el bien, que después de un tiempo el bien que hagas te será devuelto”, Eclesiastés 11:1 (PDT).
A veces nos felicitamos a nosotros mismos porque dimos ropa usada a los pobres o un poco de dinero por encima de nuestros diezmos y ofrendas. Por favor no nos malinterpretes. Estamos seguros de que Dios se deleita cuando damos, sea lo que fuere; pero hay un gozo adicional al darle a Dios la parte más preciosa de nuestras vidas y posesiones.
Edward Kimball, en el siglo XIX, atendía una zapatería y era maestro de la escuela dominical en una iglesia de Chicago. Utilizaba mucho de su tiempo para visitar a niños y jóvenes de la zona urbana con la intención de ganarlos para Cristo. En 1858 un joven llamado D. L. Moody se convirtió a Cristo a través de él y cuando creció se dedicó al pastorado.
En 1879 se convirtió F. B. Meyer a través de Moody, y también se dedicó al pastorado. J. W. Chapman se convirtió a través de Meyer. Éste le predicó a un beisbolista de nombre Billy Sunday. Sirviendo en el ministerio como portero y evangelista, Sunday dirigió un campamento de avivamiento en Charlotte, Carolina del Norte. Tuvo tanto éxito que invitó a otro evangelista de nombre Mordecai Hamm para predicar. La predicación de Hamm impactó a un adolescente de nombre Billy Graham, quien entregó su vida al Señor. ¡Todo comenzó con una persona que se dispuso a compartir el evangelio!
Es posible que no todos seamos Moody, Billy Sunday o Billy Graham, pero todos podemos ser el instrumento que comience el proceso en la vida de alguien que quizás sí lo llegue a ser. Todos podemos salir a visitar una o varias veces por semana a alguna persona necesitada y hablarle de Jesús, como lo hicieron con nosotros alguna vez. Si comenzamos a salir de nuestra comodidad, todo nuestro entorno será sacudido por la gloria del Señor.
¿Quién puede dimensionar lo que Dios hará a través de tu vida? A todos nos gustaría recibir una visita personal de parte del Señor, pero con frecuencia, esa visita es la que hacemos nosotros para el Señor.1
“Amado Señor, hoy responderé a tu llamado. Buscaré la oportunidad de hablarle a alguien acerca de ti, predicaré en la calle, en la plaza y en el mercado. Te honraré en las redes sociales y dignificaré tu nombre en todo sitio. Amén”.
1. WILSON, B. ¿De quién es este niño? Metro Ministries International. EEUU. 1999.
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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