Una vida de intimidad con DiosMuestra

Eres hijo, eres amado, eres bendecido
La segunda estrategia del diablo en el desierto fue cuestionar la identidad del Padre: “...Le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; porque escrito está: a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden...”, Lucas 4:9-10. En otras palabras, el diablo le propuso: “si estás tan seguro de que eres hijo, entonces demuéstrame que Dios es tu Padre”. Satanás invirtió la estrategia. Pero Jesús no cedió. Cualquier otro comportamiento hubiera significado pecado.
Las Escrituras afirman que Dios es tu Padre: “...El Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: “¡Papá!’”, Romanos 8:15 (TLA). “Dios... nos adoptó como hijos suyos... Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: “Papá, querido Papá’”, Gálatas 4:5-6 (TLA). Dios ha declarado que tú eres SU hijo y que Él es TU PADRE. ¡Y eso es suficiente!
Juan 8:31-47 relata un altercado entre Jesús y los ‘sabelotodo’ maestros de la ley. Jesús dijo de ellos: “El padre de ustedes es el diablo...”, Juan 8:44 (TLA). La discusión giraba alrededor de esta pregunta: ¿quién es tu padre? Jesús tenía en claro que “ser” hijo de Dios era más importante que “hacer” un milagro.
¡Edifica tu vida sobre la base de que eres hijo y eres amado; de otro modo buscarás significación a través del hacer! Esa es la trampa de Satanás, que seas un huérfano espiritual buscando identidad en las cosas, en las obras y no en Dios.
Los huérfanos espirituales buscan en el trabajo, la diversión, el placer e incluso en el ministerio lo que solo pueden encontrar en los brazos de Dios. Lee detenidamente el siguiente versículo: “Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos!...”, 1ª Juan 3:1 (NTV). “...Dios los ama y los ha elegido...”, 1ª Tesalonicenses 1:4 (NTV). Esto es lo que Dios dice de ti. Él desea proporcionarte valor, amparo y protección. Dios es un padre bueno. Él te ama por lo que eres y no por lo que haces. Eres amado, aceptado, escogido, valorado y bendecido.
¿Tu identidad la determina Dios o el diablo? ¡Eres hijo de Dios! ¡Eres amado por el Padre! Tu felicidad depende de la aceptación de esta verdad. Si el diablo te visita, tú grita con todas tus fuerzas: “soy hijo, soy amado y soy bendecido”.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/