Una vida de intimidad con DiosMuestra

Invierte en los más pequeños

El diablo ha apuntado toda su artillería contra los niños. ¿Quiénes pagarán el precio de salvar a una generación en peligro?

Si quieres tu familia bendecida comienza hoy inculcando valores y principios en los que la integran. ¡Condúcelos a encuentros con la Manifiesta Presencia de Dios!

¡Qué sencillo es enseñar la Palabra de Dios a los niños! ¿Por qué los padres son tan testarudos?

Hoy por la mañana, dos familias acudieron desesperadas por problemas con sus hijos. Al indagar en el ambiente familiar, ninguno buscaba a Dios con perseverancia ni instruían a sus hijos en el camino del Señor. ¿Qué resultados esperaban? Nadie les enseñó la Palabra. Nunca los impulsaron a involucrarse en la iglesia ni a servir al Señor. ¿De verdad esperaban que las cosas resultaran bien, sin incluir a Dios en los aspectos más importantes de la vida hogareña?

¡Que no te suceda lo mismo! Todo el tiempo vemos padres despreocupados y distraídos, con hijos acorralados, cuyas vidas están atadas al mundo y al príncipe que lo gobierna. ¿De verdad quieres eso para tus generaciones? A menudo los padres esperan hasta que es demasiado tarde para hacer algo al respecto. ¡Que no sea tu caso!

Invertir en un niño es invertir en generaciones. Esta es la historia de un gran pastor, cuyo papá murió de un infarto cuando él era un niño. Su mamá se convirtió en alcohólica. Cierto viernes, siendo preadolescente, su mamá lo sentó sobre una alcantarilla y le dijo: “Espérame aquí”. Nunca regresó. Al caer la tarde un “ángel” llamado David Rudenis, diácono de una iglesia evangélica, le ofreció comida y lo inscribió a un campamento que su iglesia había organizado ese fin de semana. En ese evento aceptó a Cristo y el pastor de la iglesia y su esposa lo hicieron parte de su propia familia. Vivió con ellos como un hijo más. Aquel pequeño es hoy el pastor Bill Wilson, con un ministerio extraordinario, el cual asiste a más de 20.000 niños por semana.

Si tienes hijos, ¿por qué no meditas seriamente en cómo los estás educando? Sin importar tu estado civil, ¿por qué no comprometernos más con las generaciones más vulnerables? No dudamos de tu esfuerzo para suplir las necesidades de tu familia, pero debes ir más allá. Tu inversión de tiempo, esfuerzo, dinero y aun de tu propia vida podría abrirle la puerta a un niño ‘aparentemente sin futuro’ o tu propio hijo para que impacte a las próximas generaciones. ¿Qué cambios reales harás?