Una vida de intimidad con DiosMuestra

El poder de la mujer
“La mujer sabia edifica su hogar, pero la necia... lo destruye”, Proverbios 14:1 (NTV).
No podemos negar el gran poder de persuasión e influencia que poseen las mujeres en los propósitos de Dios. Fueron mujeres las que colaboraron económicamente con el ministerio de Jesús, Lucas 8:3. Ellas arriesgaron sus vidas para visitar su tumba. Y fueron las primeras mensajeras, evangelistas, maestras y testigos de su resurrección, Marcos 16:6; Lucas 24:6, 10, Juan 20:1-18.
Las mujeres tuvieron un papel preponderante en la extensión del cristianismo. Cuando por primera vez Jesús quiso revelarse a sí mismo como el Mesías escogió una mujer. La samaritana utilizó SU INFLUENCIA para hacer que toda una ciudad tuviera un encuentro con Jesús, Juan 4:28-30. En Hechos 18 se habla de Priscila que, junto a su esposo, corrigieron doctrinalmente a Apolos. La primera mujer convertida en suelo europeo fue Lidia, Hechos 16:13-15. A medida que Pablo y Silas avanzaban en su misión, descubrieron que la conversión de algunas mujeres destacadas había llegado a ser la base para el establecimiento de la iglesia, como ocurrió en Tesalónica, Hechos 17:4 y en Berea, Hechos 17:12.
Pensemos en la gran influencia que puede ser una mujer en su propio hogar. “Ella le es fuente de bien (a su esposo), no de mal, todos los días de su vida”, Proverbios 31:12 (BAD). Mujer. No te quedes atrapada en el dolor. No permitas que las dificultades deformen tu confianza en Dios. Vuélvete de cualquier derrota. Supera cualquier fracaso. Recuerda que Dios puede hacer mucho con poco, hacer todo con nada, sacar salvación de una cruz y obtener éxito de un fracaso. Decídete no ser una madre, esposa o mujer mediocre. Mediocridad es hacer solo la mitad de lo que nos fue asignado, con la mitad del esfuerzo requerido. Sé la mejor mujer, la mejor esposa y la mejor madre. Sé una sierva del Señor. Utiliza ese gran poder que Dios te ha dado por el bien de los tuyos. Libérate de la amargura. En Job 2:9 encontramos una esposa frustrada que le reprochó al esposo su fidelidad a Dios, en medio de circunstancias difíciles. Esa familia extremadamente bendecida se derrumbó de repente y la mujer, en vez de ser sabia, mostró su insensatez por sus palabras. Te desafiamos a un compromiso total con Dios y su obra. Conviértete en la mejor versión de ti mima. Sé una poderosa sierva del Señor. ¡Dios está contigo!
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/