Una vida de intimidad con DiosMuestra

Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera

“Purificado... listo para ser usado”, 2º Crónicas 29:19.

Ezequías asumió el poder en medio de una profunda crisis institucional. Su papá había dejado a la nación en la desgracia más absoluta, 2º Crónicas 28:16-25. Los recursos económicos se habían agotado por sucesivas guerras. Las familias estaban desmembradas y la antigua gloria de la nación se había ido. A pesar de su juventud, Ezequías tuvo la suficiente sabiduría como para saber que lo que le pasaba al país era el resultado de haberse alejado de Dios. “Nuestros antepasados... hicieron lo malo a los ojos de... nuestro Dios...le dieron la espalda... Por eso el enojo del SEÑOR ha caído sobre Judá y Jerusalén...”, 2ª Crónicas 29:6-8 (NTV).

Ezequías sabía cuál era el origen de la gran crisis y también cómo resolverla: ¡santificando a los líderes! “Convocó a los sacerdotes y a los levitas... y les dijo: “Purifíquense...”, 2º Crónicas 29:4-5 (NTV). Ezequías comprendía que para atraer a Dios, y también su bendición, era necesaria la purificación. El primer gran requisito para el avivamiento y la bendición siempre es la santidad. ¡Se hace a la manera de Dios o la presencia no vendrá; es a su manera o no habrá bendición!

La comunión con Dios está condicionada a nuestra santidad: “No se asocien... salgan... apártense... No toquen sus cosas inmundas y yo los recibiré”, 2ª Corintios 6:17 (NTV). También dice que nuestra productividad depende de nuestra purificación: “Si te mantienes alejado del pecado, serás como vasija de oro purísimo... que Cristo podrá usar para sus más elevados propósitos”, 2ª Timoteo 2:21 (NT-BAD). Cuando los cielos se rompan y Dios descienda SOLO USARÁ a creyentes que estén santificados para llevar a cabo sus propósitos.

Como consecuencia de la santificación, la nación experimentó un avivamiento. Pero Dios tuvo que valerse de los levitas porque muchos sacerdotes a quienes Dios hubiera querido usar, no estaban santificados: “Sin embargo, no había suficientes sacerdotes... los levitas, los ayudaron hasta... que se purificaran más sacerdotes, porque los levitas habían sido más cuidadosos en cuanto a purificarse que los sacerdotes”, 2º Crónicas 29:34 (NTV). ¡La desobediencia de los líderes les costó el avivamiento! ¿Estarás preparado para cuando Dios te necesite? ¿Serás un instrumento útil para ser usado en las manos del Señor, cuando Él decida llevar a cabo Su gran obra? ¿Podrías decir lo mismo que dijeron los levitas cuando terminaron de santificar el templo: “purificado y listo para ser usado”, 2º Crónicas 29:19?