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Una vida de intimidad con Dios

DÍA 147 DE 365

Cuando Dios se arrepiente de bendecir

“Dios... no miente ni cambia de opinión. Cuando él dice una cosa, la realiza. Cuando hace una promesa, la cumple, Números 23:19 (DHH).

La Biblia asegura que Dios no se arrepiente, 1º Samuel 15:11; Jonás 3:10. Pero debemos entender que las promesas de Dios están condicionadas a nuestra obediencia. Por ejemplo el sacerdote Elí era una persona ungida y usada por Dios; sin embargo, por tolerar el pecado en la vida de sus hijos Dios se enojó con él. Y, aunque había prometido que la familia de Elí lo serviría; anuló la promesa a causa de la desobediencia: “...De ninguna manera permitiré que... me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia... me serviría siempre...”, 1ª Samuel 2:30 (NVI).

Ser usado por Dios no significa ser aprobado por Dios. Balaam nos atestigua de ello. Profetizaba bajo inspiración divina, aunque ya había sido reprobado. ¡Antes que la unción busquemos la aprobación de Dios! “Haz todo lo posible por ganarte la aprobación de Dios...”, 2ª Timoteo 2:15 (TLA).

Lee el siguiente pasaje: “En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación... pero si... se arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación... Pero si... no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles”, Jeremías 18:7-10 (NVI).

Si Dios promete castigo para el rebelde y éste cambia, Dios se arrepiente y no lo castiga. Si Dios promete bendición para el justo y éste se hace rebelde, Dios se arrepiente y ya no lo bendice. El que cambia es el hombre y no Dios. ¿Cómo lo explicamos? Imagínate a un hombre caminando en círculo alrededor de una piedra. Al comenzar está al norte de la roca. La roca está al sur del hombre. El hombre camina y se coloca al este de la roca. La roca está al oeste del hombre. La roca no se mueve y sin embargo su dirección en relación al hombre cambia a cada paso que el hombre hace. Los sentimientos de Dios para con los hombres cambian al cambiar ellos. Recuerda: ¡el llamado de Dios y los dones de Dios son irrevocables; el destino y propósito que Él tiene para nosotros es permanente, pero nuestra desobediencia puede cancelar sus mejores planes! En cambio, si obedeces... serás bendito... El SEÑOR... te bendecirá... y te dará prosperidad...”, Deuteronomio 28:2-11 (NTV). ¡Elige un destino bendecido y en victoria! ¡Elige por la obediencia!

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/