Una vida de intimidad con DiosMuestra

Espera el tiempo de Dios
“...Dios... quiere que veas a Jesús... y que oigas su voz. Porque tú le anunciarás a todo el mundo lo que has visto y lo que has oído...”, Hechos 22:14-15 (TLA).
Pablo fue escogido, al igual que todos nosotros, para estar cerca de Jesús. Su misión debía ser el resultado de su relación con Dios.
Pablo era una persona muy preparada. Sin embargo, se le encomienda que anuncie solo lo que vea y escuche en la presencia de Dios. ¡Ten presente que los recursos que necesitas para alcanzar el éxito en tu misión solo los encontrarás en el lugar secreto!
Ahora bien, Pablo tuvo que esperar más de una década para hacer lo que Dios le pidió. Debemos aprender a esperar pacientemente los tiempos de Dios. “...Esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios”, Romanos 15:4 (NTV). Pablo se preparaba para el ministerio mientras esperaba. Capacitado en el anonimato. Lejos de la mirada humana. Olvidado por todos, menos por Dios. El tiempo en el retiro es indispensable. Nada puede reemplazar la comunión secreta con Dios ni la educación que se recibe en su escuela y bajo su disciplina. La sabiduría y la ciencia humana no pueden hacer de un hombre un siervo de Dios. En Su escuela se aprenden cosas que nadie te enseñará. La primera y principal materia es la absoluta dependencia del Espíritu. Se aprende a escuchar al Señor y a caminar con Él.
No huyas de los desiertos. En ellos Dios se manifiesta. Todos los hombres y mujeres de la Biblia que fueron grandemente usados por Dios pasaron por sus desiertos. Moisés en Horeb; Elías en el arroyo de Querith; Ezequiel en el río de Quebar; Pablo en Arabia y Juan en Patmos. Considera a nuestro máximo ejemplo: Jesús. Su tiempo en el retiro fue diez veces mayor a su ministerio público. Lo que la iglesia necesita hoy en día son líderes que hayan SALIDO DEL DESIERTO, probados y templados, preparados y disciplinados por Dios mismo. ¿Serás tú uno de ellos?
¿Podrías esperar el tiempo de Dios para tu vida y ministerio? Sintonízate con Dios. Espera en Dios y espera a Dios. El tiempo de la espera es el más difícil y, ¡es ahí donde muchas personas pierden sus milagros! No malogres los planes que Dios tiene para tu vida por querer adelantar el reloj de Dios. Sus tiempos no son los nuestros, LOS SUYOS SON MEJORES.
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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