Una vida de intimidad con DiosMuestra

Buscadores de Dios

¿Será posible alcanzar tal grado de proximidad con el Señor, al punto de decir: “hay demasiado de Dios en este lugar”? ¿Será que podemos superar las emociones de un ratito para experimentar cambios genuinos que glorifiquen a Dios? ¿Será posible ‘vivir en su presencia’ y no con ‘toquecitos esporádicos’? ¡Claro que es posible!

Al siervo que había multiplicado los talentos, en la parábola de Lucas 19, su señor le dijo: “Muy bien hecho, buen siervo”, Lucas 19:17 (PDT).Ese elogio seguramente representó más que las diez ciudades para administrar, porque para los que aman al Señor su alegría es la mayor recompensa. Los buscadores de Dios no se contentan con recibir ‘ciudades’, lo quieren a Él. No desean la tierra prometida con un ángel, prefieren el desierto en compañía del Todopoderoso. ¡Aspira a conocer a Dios! Busca su rostro antes que su mano, anhela conocer su corazón antes que obtener sus bendiciones. No te conformes con los dones, anhela caminar en su divina unción, en su compañía, disfrutando de su amistad y cercanía.

El hambre por Su presencia ha sido siempre un precursor de grandes avivamientos. Sus protagonistas se destacaron por el deseo ferviente y constante de encontrarse con Dios, e hicieron todos los ajustes para lograrlo. Al igual que David, los buscadores de Dios dicen: “Solo una cosa le pido al Señor: Habitar en la casa del Señor por el resto de mi vida. Así podré disfrutar el placer de estar junto al Señor y visitarlo en su templo”, Salmo 27:4 (PDT).

David, como primera acción de gobierno al ser coronado rey, restableció la presencia de Dios: “Es hora de traer de regreso el arca de nuestro Dios, porque la descuidamos durante el reinado de Saúl”, 1º Crónicas 13:3 (NTV). ¿Qué había hecho Saúl? Jamás había demostrado interés en el arca, dando a entender que es posible liderar sin la presencia de Dios. ¡Qué tragedia! No imitemos semejante barbaridad.

¡Haz todos los ajustes para conocer a Dios! Restablece su gobierno en tu vida y en tu casa. Si deseas vivir en la renovación, unción y vida abundante que Cristo promete en el Espíritu, dile al Señor:

“Señor, anhelo conocerte. Quiero habitar en tu presencia, consciente de tu cercanía. Condúceme amado Espíritu Santo en este camino de vida. Ayúdame en todos los ajustes necesarios a fin de dispensar tiempo y energía para cultivar la amistad contigo. Renuncio a la religiosidad y a la tibieza espiritual. En Jesús. Amén”.