Una vida de intimidad con DiosMuestra

El máximo privilegio
“Dios... los ha invitado a que tengan comunión con...Jesucristo”, 1a Corintios 1:9 (NTV).
Si tienes comunión con Dios sabrás qué hacer y qué decir. ¡El secreto sigue siendo el lugar secreto! Nadie enseña mejor que el Espíritu Santo y no hay escuela que supere a la de la oración. Todo lo que Dios planee revelarte lo hará solo cuando te encuentres con Él; por tal motivo aparta tiempo para retirarte de la vida pública y escuchar su voz. ¿Recuerdas cómo Jesús sanó al ciego? Lo sacó fuera de la ciudad, lo apartó de su rutina diaria. ¿Para qué? Para devolverle la ‘visión’, Marcos 8:22-25. ¿Cuándo entenderemos que los diseños de Dios para nuestras vidas nos serán revelados en nuestro sitio de quietud, en comunión con Él? No olvides que Jesús les explicaba todos los misterios a sus discípulos cuando estaba a solas con ellos, Marcos 4:34.
Existe un extraordinario avance del mal. ¿Cómo enfrentaremos las pérdidas causadas por el abuso infantil, la violencia en los hogares, la desintegración familiar, los modelos perversos en la sexualidad y los estragos causados por la droga, entre tantas injusticias? No podemos enfrentar al diablo en el plano físico o con estrategias humanas. ¡No podemos desbaratar sus hordas de maldad con recursos que la escuela del hombre provee!
Los diseños de Dios para frustrar los planes del diablo solo serán provistos a aquellos que están dispuestos a pagar el precio de ir y permanecer en la presencia del Santo, a través de las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno y los retiros.
Juan Wesley decía que para percibir la voluntad de Dios necesitamos orar y ayunar permaneciendo en soledad ante la presencia de Dios. ¡Retírate! ¡Sal del ruido! ¡Aléjate de la actividad todo el tiempo que necesites! Escóndete con Dios. ¿De dónde crees que vinieron Moisés, Pablo, Juan el Bautista y aun el mismo Jesús cuando comenzaron su ministerio? ¡Del retiro! Todos estuvieron mucho tiempo a solas con Dios antes y durante su ministerio. Y los frutos todavía perduran.
¿Te gustaría ver una zarza ardiente? Demanda tiempo. A Moisés le llevó cuarenta años. Necesitas estar con el Señor. Cómo es posible que queramos algo de Dios con la misma rapidez que compramos una hamburguesa. Cómo es posible que pretendamos tener encuentros del tipo aposento alto y recibir algo tan valioso como la llenura del Espíritu, sin pagar el precio de orar y buscar a Dios. ¡No es posible! ¡Solo se les confían admirables tesoros a quienes los aprecian!
Escrituras
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/