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Una vida de intimidad con DiosMuestra

Una vida de intimidad con Dios

DÍA 120 DE 365

Famoso, pero en el cielo

“El pueblo de Israel sirvió al SEÑOR durante toda la vida de Josué”, Josué 24:31 (NTV).

Dios elogió el liderazgo de Josué no solo porque vivió una vida de obediencia sino porque impulsó a toda la nación a seguir su ejemplo. Nunca buscó que la gente lo exaltara a él sino a Dios. Josué pasó a la historia por ser un hombre que agradó a Dios e hizo que toda la nación que estuvo bajo su liderazgo imitara su conducta.

El rey Josías se comportó del mismo modo: “...Se comprometió a obedecer al SEÑOR... Además, exigió a todos... que hicieran una promesa similar. El pueblo de Jerusalén lo hizo, y renovó su pacto con Dios... 2º Crónicas 34:31-32 (NTV). Josías exigió que el pueblo sirviera solo a Dios y, por haberlo hecho, recibió el aplauso del cielo.

Veamos ahora al rey Josafat. “Fue un buen rey... Sin embargo... no quitó todos los santuarios paganos, y la gente nunca se comprometió por completo a seguir al Dios de sus antepasados, 2º Crónicas 20:32-33 (NTV). Honramos del todo a Dios cuando no solo vivimos comprometidos con Él sino que también procuramos que otros a nuestro alrededor, y fundamentalmente aquellos a quienes lideramos, también lo hagan. Un padre puede ser un buen cristiano y vivir rectamente delante de Dios, pero sería más loable en su desempeño si hiciera que toda su familia viva de la misma manera. Por vía de contraste, cuando un padre o una madre toleran en sus hijos una vida desordenada no agradan del todo a Dios, aunque ellos mismos vivan en santidad y obediencia.

¿Qué se le recrimina a Josafat? Haber tolerado la irreverencia. Al no destruir la idolatría hizo que la gente no se comprometiera con Dios totalmente. Él tenía la autoridad para hacer que la nación a quién él dirigía respetara a Dios. No lo hizo y eso desagradó al Señor. Recuerda que esta es la tarea del diablo. Si él no puede persuadirnos a abandonar nuestra fe su mayor cruzada será entonces hacer que no la compartamos. Es como si te dijera: “Está bien, cree en tu Dios y practica tu fe pero de puertas hacia adentro; no hagas que otros se comprometan con tu Dios, déjalos vivir como quieran”. Le fallamos a Dios cuando pensamos que lo único que importa es que nosotros lo amemos, la verdadera felicidad se la damos cuando hacemos que otros también lo amen. ¡Vivamos para Dios y hagamos que otros también lo hagan!

Acerca de este Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/