Una vida de intimidad con DiosMuestra

Dios es bueno

“Dios... es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto”, Santiago 1:17 (TLA).

Muchos declinan en la búsqueda de la presencia de Dios porque el diablo los atemoriza. Satanás sabe que todo lo sobrenatural se manifiesta en los tiempos de encuentros con el Señor o, como consecuencia de ellos. Por eso arremete para ‘sacarte’ de la intimidad con el Padre. Hasta te mentirá respecto del carácter de Dios. Te dirá que lo que tienes corre riesgo, si buscas al Señor. Te amenazará diciendo que perderás tu trabajo, tu cónyuge o tus hijos, que tendrás un terrible accidente, que lo malo vendrá y no lo bueno que estás esperando, etc.

Confronta con total autoridad al diablo. Echa a las patadas al mentiroso con sus pérfidas mentiras, pues la Biblia afirma: “...el Señor es bueno...”, 1ª Pedro 2:3 (PDT).

Dios te llevará por un camino de transformación, es verdad, pero jamás obrará para tu mal ni el mal de los que amas. En cambio: “...El diablo siempre ha sido un asesino y un gran mentiroso. Todo lo que dice son solo mentiras...”, Juan 8:44 (TLA).

Respecto del Señor, Romanos 2:4-5 declara: “Dios es muy bueno, y tiene mucha paciencia, y soporta todo lo malo que ustedes hacen... Dios los trata con bondad, para que se arrepientan de su maldad...” (TLA).

El Señor anhela que experimentes la libertad, la paz y el verdadero perdón. Y el camino comienza con la búsqueda de su presencia. Si humildemente te sometes al gobierno del Señor, lo que vivirás será infinitamente superior a todo lo anterior. Puedes confiar en el carácter de Dios, pues es misericordioso, compasivo y tierno en el trato hacia sus hijos. Él es toda bondad y no cambia jamás. Santiago 1:17 dice: “Dios nunca cambia... y...nos da todo lo bueno y todo lo perfecto” (TLA).

Conquista su corazón con rendición absoluta. Confía en su carácter. Él lo hizo todo por nosotros. ¡Hasta la última gota de su sangre la entregó por nuestro rescate! ¿Cómo dudar de su amor?

“Amado Señor reconozco la guerra espiritual que el diablo levanta para apartarme de ti. Perdón por haber creído a sus mentiras. Perdón por dudar de tu carácter amoroso. Hoy consagro mi vida para experimentar en tu presencia libertad, paz, perdón y renovación, en el nombre de Jesús, amén”.