Una vida de intimidad con DiosMuestra

Orar para recibir

El éxito en la vida nace en el lugar secreto. Observa a Jesús. Pasó noches enteras en oración y contemplación. Se retiraba al desierto solo para orar. Hora tras hora, día tras día, temprano en la mañana y tarde en la noche oraba y ayunaba derramando su alma, intercediendo, compartiendo con su Padre. Pronto les enseñaría a sus discípulos la ‘fórmula de su éxito’. En Lucas 11 contó una parábola acerca de un hombre que golpeaba a la puerta de su amigo a medianoche para pedirle pan. Aunque al principio fue rechazado, al final obtuvo lo que pidió. ¿Y cuál fue la clave? La insistencia: “Les digo que aunque no lo haga por amistad, si sigues tocando a la puerta el tiempo suficiente, él se levantará y te dará lo que necesitas debido a tu audaz insistencia”, Lucas 11:8 (NTV).

Jesús señaló que el hombre no le dio los panes por la amistad entre ambos sino por la insistencia con la que pidió ayuda. La lección es la siguiente: ¡debemos orar hasta que la oración sea respondida!

Ahora bien, la resistencia a la oración es tan intensa y la tentación a desfallecer es tan grande que el Señor “les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos”, Lucas 18:1 (NTV).

¡Cuán maravillosa es la oración! El siervo de Abraham oró pidiendo una esposa para Isaac y apareció Rebeca, Génesis 24:12-15. Jacob luchó, oró y prevaleció con Dios, Génesis 32:28. Moisés clamó al Señor y el mar Rojo se abrió, Éxodo 14. Moisés oró en la cima de una colina y Amalec fue derrotado en el valle, Éxodo 17:8-13. Josué oró y Acán quedó al descubierto, Josué 7. Ana derramó su corazón en oración y Dios le dio un hijo, 1º Samuel 1. El rey Asa oró al Señor, “...entonces... el enemigo huyó”, 2º Crónicas 14:12 (NTV). Josafat clamó y Dios humilló a sus enemigos, 2º Crónicas 20. Daniel oró y los leones se volvieron inofensivos, Daniel 6:11-22. Nehemías oró y el corazón del rey se ablandó, Nehemías 2. La iglesia oró y un ángel libró a Pedro de la cárcel, Hechos 12. Por todo lo visto, es de sabios seguir el consejo de Pablo: “...Cuando oren al Señor, muéstrense constantes”, Romanos 12:12 (TLA). Lo mejor que tiene Dios solo puede ser nuestro, si esperamos pacientemente en su presencia. Que hoy sea el día en que perseveres hasta hallar la respuesta.