Una vida de intimidad con DiosMuestra

Cómo vencer el desánimo
“Gente corrupta y sin fe —dijo Jesús—, ¿hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?”, Lucas 9:41 (NTV).
Hubo un momento en que Jesús se sintió desanimado. En los primeros capítulos de Lucas se observa a Jesús enfrentándose una y otra vez con demonios, culminando esta intensa oposición satánica cuando se confrontó con una legión, 8:26-30. Además, los líderes religiosos habían conspirado contra Él para matarlo, Lucas 4:28-29. Y el bautista había tenido dudas acerca de si Jesús era o no el Mesías prometido, Lucas 7:18-19. Su desánimo también tenía su raíz en el egoísmo de sus discípulos, quienes no comprendían su misión redentora y carecían de amor por los perdidos, Lucas 9:10-17. Jesús se sentía frustrado. Sin embargo, su estado de ánimo cambió cuando envió a sus discípulos a evangelizar, Lucas 10. Fue en ese momento que Jesús se alegró y, en ese momento, Él dijo: “Vi a Satanás caer...”, Lucas 10:18. Cuando los discípulos salieron a evangelizar Jesús se regocijó: “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu...”, Lucas 10:21 (RV 95). ¿Cuál fue la estrategia que cambió la desilusión de Jesús en júbilo y gozo? ¡La evangelización! Si quieres alegrar el corazón de Dios, ocúpate de anunciar el evangelio. La evangelización es la mejor manera de tratar con la depresión, el desánimo y la desilusión. Si estás en un tiempo de adversidad y tu ánimo está por el piso, ocúpate en suplir las necesidades de otros y en llevarles vida y salvación. Tu depresión simplemente desaparecerá. Nada honra más a Dios como el que obedezcamos su mandato de hacer discípulos en todas las naciones, Lucas 15:7 y 10. Hacer discípulos es una orden, pero tú puedes cumplirla por temor o por amor. Si le tienes miedo a Dios lo harás simplemente para que no se enoje y te ‘castigue’. Pero si lo amas anunciarás las buenas noticias por la sola recompensa de verlo feliz. Y debes saber que la alegría de Dios terminará convirtiéndose en tu alegría. Los discípulos volvieron felices después de predicar, Lucas 10:17-20. “En cuanto hayas ganado un alma, no te importará ninguna otra cosa. No existe mayor emoción que entregar el evangelio y conducir a la gente al reino eterno del Dios Todopoderoso. Por lo tanto, dale a la evangelización todo lo que tienes. Esta vida es tu única oportunidad”, W. Moody.
“Señor ayúdame a compartir tu palabra, quiero alegrar tu corazón. Y que tu alegría sea la mía, amén”
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/