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El valor de vivir una vida equilibrada

DÍA 6 DE 10

Los dos extremos: El adicto al trabajo y el perezoso

El rey Salomón observa dos extremos en cuanto al trabajo. Ambos representan una vida en desequilibrio.

Por un lado, están aquellos que son adictos al trabajo, llenos de avaricia; y aquellos que son perezosos, sin ética laboral. Ambos están equivocados en su manera de ver el trabajo.

El adicto al trabajo se empeña en hacer más, ser más y conseguir más que sus competidores. El dinero le impulsa hasta llegar al límite de sus fuerzas, en deterioro de sus otras áreas vitales. El problema central de este personaje es la asociación de la riqueza y la prosperidad a la acumulación de bienes materiales, como fuente de satisfacción de necesidades. Esta creencia se evidencia en su fijación exclusiva en la generación de posesiones materiales. Sin embargo, existen otras formas de medir la riqueza, tales como: disponer de tiempo para emplearlo con libertad, lograr realización personal, desarrollar relaciones significativas, lograr bienestar emocional – espiritual, entre otras.

“Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu”, es un llamado al equilibrio; a vivir una vida balanceada. Ser productivo en el trabajo, pero también tomarse el tiempo para descansar, disfrutar del fruto del trabajo, crear relaciones, entre otros. 

El equilibrio es fundamental para experimentar una vida plena, en la que se integren trabajo, relaciones, salud, etcétera. Este equilibrio se traduce, en el contexto del proverbio citado, no trabajar en forma frenética, pero tampoco evadir las responsabilidades. Es duro carecer de lo necesario, pero también es contraproducente, por avaricia, carecer de calidad de vida.

Por el otro lado, está el perezoso (necio), que hace exactamente lo contrario, pero igual experimenta las consecuencias de su falta de equilibrio. El adicto al trabajo opera sin parar, y “el necio cruza sus manos y come su misma carne” (no trabajo disciplinadamente, no tengo ambición y mi familia sufre por causa de mi actitud hacia el trabajo). Ambos extremos están mal. Ambos extremos se enfocan cada uno en sí mismo… no en Dios.

¿Mantengo todas las áreas vitales de mi vida en equilibrio? 

Acerca de este Plan

El valor de vivir una vida equilibrada

La vida sana y funcional tiende al equilibrio. Vivir sabiamente deriva de vivir con equilibrio. El equilibrio es fundamental para la salud física, emocional y espiritual y la efectividad personal. Por el contrario, la falta de equilibrio trae inestabilidad, inefectividad, desgaste físico, psicológico y espiritual. Una persona funcional y equilibrada es aquella que es capaz de hacer que todo lo que se es y hace que funcione de manera armónica.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/