Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

UnoMuestra

Uno

DÍA 2 DE 6

Día 2 – Construir

Después de comprender que la unidad es parte esencial del corazón de Dios, surge una pregunta inevitable: ¿Cómo se construye? Jesús mismo nos da la clave en Juan 17:3: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado. La unidad comienza con una relación profunda con Cristo. No se origina en acuerdos humanos, estrategias ministeriales ni buena voluntad. Se construye desde la comunión con el Dios trino.

El apóstol Pablo nos muestra este principio al exhortar a los creyentes: “Tengan un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” (Filipenses 2:2-3). Un liderazgo que imita a Cristo renuncia al orgullo y promueve la comunión. Construir unidad es un proceso espiritual, no organizativo.

El primer paso es permanecer en Cristo. Jesús dijo: Permanezcan en mí, y yo en ustedes… separados de mí nada pueden hacer (Juan 15:4-5). La unidad se construye cuando los líderes se mantienen conectados a la vid verdadera. Cuanto más cerca estamos de Cristo, más cerca estamos los unos de los otros. Cuando Él es el centro, el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, bondad y dominio propio, se manifiesta en nuestra vida y liderazgo (Gálatas 5:22-23).

El segundo paso es morir a uno mismo. La unidad no prospera donde hay orgullo, vanidad o competencia. El amor de Cristo es sacrificial, no sentimental. Construir unidad implica ceder, perdonar, escuchar y renunciar al control cuando sea necesario. Tolérense unos a otros y perdónense mutuamente, así como el Señor los perdonó (Colosenses 3:13). Cada vez que elegimos perdonar, contribuimos a edificar puentes en lugar de levantar muros.

El tercer paso es orar juntos. La oración unifica corazones y sensibiliza al Espíritu Santo. En el libro de los Hechos leemos que los primeros cristianos perseveraban unánimes en la oración (Hechos 1:14). En los momentos de mayor dificultad, la iglesia primitiva no se dispersó, sino que se reunió para clamar al Padre. Donde hay oración, hay dirección; donde hay comunión, hay poder.

Por último, ayudarnos mutuamente consolida la unidad. Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común (Hechos 2:44). La comunidad cristiana crece cuando compartimos tiempo, recursos, dones y cuidado. La verdadera unidad no se mide por la ausencia de conflictos, sino por la presencia del amor en medio de ellos.

Construir la unidad exige madurez, humildad y compromiso. No se logra de un día para otro, pero cada paso dado en amor y obediencia contribuye a formar una iglesia más parecida a su Señor.

Aplicación práctica: Haz una lista de personas con las que compartes servicio o ministerio. Ora por ellas esta semana, mencionando sus nombres uno por uno. Luego, elige una forma concreta de bendecirlas: una palabra de ánimo, una ayuda práctica o un gesto de gratitud. La unidad se edifica en lo cotidiano, cuando decidimos servir con amor y sin esperar reconocimiento.

Acerca de este Plan

Uno

"Uno" es una invitación a abrazar la unidad en la diversidad del cuerpo de Cristo. A través de seis días verás temas como la unidad, la edificación conjunta, la calidad espiritual, la fortaleza de la comunidad, el rol de cada miembro y el llamado a ser faro de esperanza. Este devocional es un llamado a vivir en armonía, construir juntos, y reflejar el amor de Dios como una sola familia de fe. Una guía para transformar la división en comunión, y la individualidad en propósito colectivo.

More

Nos gustaría agradecer a RightNow Media por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.rightnowmedia.org/es