Actitudes de un Matrimonio IndivisibleMuestra

Cambia apatía por compasión

La apatía es lo opuesto a la compasión. Es una actitud de indiferencia hacia lo que siente o enfrenta nuestro esposo o esposa. Cuando permitimos que la apatía se instale en nuestro matrimonio, el amor se enfría y la conexión se debilita. Esta es una de las actitudes más destructivas en una relación, pues nos vuelve egoístas, enfocados solo en nuestros propios intereses y deseos, olvidando los anhelos y luchas de nuestra pareja.

A veces, la apatía surge como un mecanismo de defensa, un castigo silencioso cuando nos han herido. Pero, lejos de sanar, esta actitud solo profundiza el dolor y el distanciamiento. Nuestro cónyuge puede comenzar a preguntarse: “¿De verdad le importo?”, “Solo me quiere cuando le conviene”, “Me siento solo(a) en esto”, “Si tan solo supiera cómo me siento”.

En contraste, la compasión es la clave para fortalecer el vínculo matrimonial. Romanos 12:15 nos exhorta:

"Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran".

La compasión nos lleva a compartir el corazón de nuestro esposo(a): a celebrar sus victorias y llorar en sus momentos difíciles. Significa apoyar sus pasiones, sostenerlo(a) en sus debilidades y ser un refugio en medio de las pruebas.

La palabra cónyuge significa "compañeros de yugo”, y un yugo no es una carga, sino un instrumento diseñado para repartir el peso y hacer más llevadero el trabajo. Así también, Dios nos ha unido para compartir la vida, no para enfrentarla solos.

Gálatas 6:2 nos anima:

"Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo."

Hoy te invitamos a reflexionar:

Reflexión para hoy:

• ¿Cuáles son las cargas que tu esposo(a) está llevando solo(a)?
• ¿De qué manera puedes aliviar su carga y demostrarle compasión?

Si la apatía divide, la compasión une. Decide hoy salir de la indiferencia y empezar a amar como Cristo nos amó: con un amor que siente, que sufre, que celebra y que sostiene.