La mies es mucha.

Andar como Jesús anduvo nos presenta un plan muy sencillo y eficaz para alcanzar al mundo entero y cumplir la Gran Comisión. ¡Pero las cosas no siempre salen según el plan, incluso para Jesús, y Él es Dios! ¡Hay mucho más trabajo que trabajadores! No es de extrañar que Jesús dedicara la mayor parte de sus tres años de ministerio a la formación de esos doce hombres a quienes llamó discípulos.

El pastoreo de ovejas es una tarea continua, a menudo poco apreciada y difícil. No puedes orar por ellas y de repente ya no están agobiadas y desamparadas. Para aliviar ese dolor, se necesita un ministerio continuo. Se necesita compasión.

La compasión mueve nuestros corazones para realmente cuidar a la gente herida. Cuesta hallar esos obreros, pero la verdadera cosecha está ahí. Sin ese pastoreo, la cosecha se perderá. La necesidad es para alguien que quiera hacer discípulos y sepa cómo hacerlo. ¡Él dice que la cosecha es mucha! El problema parece ser con los obreros. Si la gente del mundo no responde, tal vez el problema radica en nuestros métodos de cosecha, la forma en que hemos entrenado a los cosechadores o la falta de la unción del Espíritu Santo. Tenemos que hacer un mejor esfuerzo para levantar una gran cantidad de obreros. Si seguimos el plan del Maestro vamos a ver esa multiplicación. Recordemos que Dios es el Señor de la cosecha.

Es su cosecha; no es nuestra. No pertenece a ninguna iglesia en particular. Todos estamos trabajando para el mismo Señor de la cosecha.

Más importante que llenar tus propios graneros es no perder el grano maduro y trabajar juntos para asegurar la mejor cosecha. ¡Estas son buenas noticias! ¡Qué emocionante vivir en esta hora! ¡Hay una gran cosecha esperándonos! ¡Sigamos adelante con el discipulado, conforme al plan del Maestro, para que podamos comenzar a multiplicar los obreros y cumplir con la Gran Comisión!

Oremos: Dios, no queremos que la cosecha se pierda por nuestro desinterés y descuido. Nos disponemos como esos obreros fieles para trabajar junto a ti en este tiempo. Amén.