Dar la vida por amor.

En este versículo Jesús relata cómo podemos hacer uso del verdadero amor. El amor verdadero es dar tu vida, tu propia voluntad, por aquello que amas en este mundo – tus amigos. Esta actitud de desinterés en uno mismo y obediencia es reconocida por el Espíritu. La mente del Espíritu es vida y paz. Jesús preguntó a Pedro tres veces: “¿Me amas más que estos?” (Juan 21:15-17).

Nosotros deberíamos hacernos esta pregunta muchas veces en las situaciones de la vida. ¿Lo amamos más que nuestro amor propio, comodidad, servicio? ¡Solo así daríamos nuestra propia vida por Él! Un “primer amor” por Jesús.

A Jesús le importa que Su vida se vuelva visible a través de tu trabajo. El número de trabajos que hacés no es importante. Si te corres del amor, tu trabajo comenzará gradualmente a saber rancio y no será aceptable ya que tu pobreza de espíritu desaparece.

Es Dios quien nos ayuda a mantenernos en el primer amor y a enfocarnos en que tenemos que llevar a la muerte de Cristo; todo lo demás es secundario. Solo Jesús salva, pero no salva solo, él depende de la iglesia para salvar, llevar su palabra y hacer maravillas y prodigios.

Oremos: Señor, enséñanos a amar con tu amor. A ver en las personas tu obra cumplida. No nos dejes vivir en nuestra propia comodidad. Capacítanos para ministrar a todas las personas con las que se cruzan en nuestro camino. Amén.