[Serie El Señor te mantiene a salvo] Dios cuida de tiMuestra

Pon tu confianza en Dios, que es tu lugar seguro

En el Salmo 62 David muestra la realidad de su corazón. Se cree que David escribió este salmo cuando estaba siendo perseguido por Absalón. David era el rey de Israel, un hombre poderoso, que tenía abundantes riquezas y había gobernado con sabiduría al pueblo. Pero en este momento estaba en una situación muy compleja. Era perseguido. Era desacreditado. Su propio hijo quería matarlo. Una situación muy difícil para cualquier ser humano. Pero allí, en medio del problema y la crisis, David acudió al único digno de su confianza: Dios.

Este salmo comienza con una aseveración: «Solo en Dios encuentro paz». ¿Puedes decir tú lo mismo? ¿O tu paz se encuentra en ese dinero que necesitas, en la salud que tanto anhelas, en el trabajo que estás buscando desde hace meses y que no encuentras, o en un presidente que haga las cosas diferentes en tu país? En realidad, cuando hacemos un análisis de las situaciones, vemos que en las cosas temporales, como el dinero, la salud, el gobierno de los países o un trabajo, no está la paz. Podrás tener un tiempo de tranquilidad, pero no la paz que sobrepasa todo entendimiento, que solo Dios te puede dar. 

La verdadera seguridad está en Dios. La verdadera paz está en Dios. Y eso lo entendió a la perfección David. Él sabía que sus riquezas, su posición como rey de una nación, las tierras y posesiones, no le daban seguridad ni salvación. Por eso cantaba a Dios, hablaba con Él, le exponía sus situaciones, pero declaraba dónde estaba su seguridad, su protección y su paz: solo en Dios. No hay un lugar más seguro que Dios; ni castillo ni cueva, ni fortuna ni escasez, ni salud ni enfermedad. Dios es el lugar seguro para todo aquel que en Él confía. Cuando ponemos nuestra confianza en otras cosas, esa seguridad se va y llega la angustia y el temor. 

¿Quieres un refugio? Refúgiate en Dios. Pon tus ojos en lo eterno, y recuerda que los problemas son temporales. Para esos momentos tu refugio seguro es Dios; solo en Él hay salvación, solo en Él hay propósito, solo en Él hay vida. 

Reflexiona 

¿Dónde está tu refugio? ¿Dónde está tu confianza? ¿Dónde está tu seguridad? ¿Acaso en lo temporal, en ti mismo o en Dios? ¿Dónde crees que debe estar tu seguridad? Comienza a caminar en esa confianza que nunca te abandona y que no improvisa con tu vida.